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jueves, 1 de febrero de 2018

Calisto te explica

Los movimientos de las plantas

A lo mejor te parece que las plantas no se mueven para nada. Si es así ¡estás muy equivocado! Se mueven, y aunque en ocasiones lo hacen muy despacito, tanto que casi no se nota, a veces pueden sorprendernos. Vamos a aprender cómo pueden moverse las plantas.

Las plantas tienen dos tipos de movimientos, que se llaman tropismos y nastias (¡vaya nombres!). Los tropismos son movimientos muy lentos, constantes, hacia un estímulo o alejándose de él. Por ejemplo, las raíces siempre crecen hacia abajo, a favor de la gravedad, y los tallos siempre buscan la luz (fíjate si tienes alguna maceta puesta cerca de una ventana, y verás cómo la planta se inclina hacia ella). Según el estímulo de que estemos hablando, diremos que es un geotropismo (gravedad), fototropismo (luz), quimiotropismo (sustancias químicas), tigmotropismo (tacto) o hidrotropismo (agua). De alguna forma, la planta percibe la presencia del estímulo y crece acercándose o alejándose de él.

Las nastias son más curiosas. Se trata de movimientos que solo duran un tiempo frente a un estímulo puntual. Pueden ser más o menos lentos (como las flores del dondiego de noche, que se cierran cuando hay luz y se abren cuando cae la noche) ¡o increíblemente rápidos! Las hojas de la venus atrapamoscas se cierran en una fracción de segundo cuando un insecto toca determinados pelitos de su superficie. Aquí podéis ver un vídeo de nuestro canal en el que se ve cómo se cierran las hojas de la mimosa (Mimosa pudica) cuando algo las roza. Como veis, el movimiento es bastante rápido... para tratarse de una planta.







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