La sabina (Juniperus sabina) es un arbusto, algunas veces de modesto porte arbóreo, de no demasiada altura, originario del hemisferio norte. Tiene tronco grueso, corteza de color pardorojizo, ramas extendidas y
hojas muy cortas, casi cilíndricas, escamosas e imbricadas como la del
ciprés.
En el dorso de cada hojita hay una glándula cuyo contenido sale y
brilla al exterior, o bien, resorbido o evaporado, deja una depresión en
la hoja. A los "frutos" (técnicamente llamados gálbulos, pues las gimnospermas no producen frutos) se les llama trabinas. Son globosos, de color tinta.
Las hojas tienen propiedades emenagogas (estimulantes de la menstruación). También han sido usadas para matar lombrices intestinales. Se puede fabricar, a partir de hojas y tallos frescos, un aceite con propiedades antirreumáticas. Sin embargo, la sabina mal empleada puede provocar irritaciones en la piel, o actuar como abortivo.
Curiosidades
Antiguamente, en algunos sitios se practicaba una curiosa medicina mágica "de transferencia", consistente en traspasar la enfermedad que uno sufra a una planta. Algunos campesinos de Soria, cuando querían librarse de verrugas, cortaban tantos gálbulos como verrugas tenga uno. A medida que se secaran los gálbulos, también se secarían las verrugas propias.
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