Un poema escrito para crear conciencia sobre el daño
que hace el ser humano a nuestro planeta y biodiversidad
¡Ay mi madre, madre mía!
Que te miro cada día
y cada vez te veo peor...
Ya no lucen tus selvas
tus manglares o abedulares,
tus paraísos terrenales
en tus islas virginales...
¿Será el hombre
el causante de tus males?
Tú que nos regalaste
todo lo que tenías
cogimos de ti demasiado
despreciando tu cortesía
Aun así nos fuiste dando
maravillas sin poner precio
tú, soledad en el desprecio
siendo los necios
los más sordos del corazón
que lanzando piedras
a todos los tejados
creen ser libres y liberados
de cualquier mal o trastada
el ser humano siembra a su paso
toneladas de destrucción
desolación, desierto sin fin...
no hay mayor ocaso
que el fracaso
creyéndose un dios...
ni dioses, ni altares
solo chacales
que me perdonen los animales
somos tristemente certeros
Aun así en ti encuentro
encanto con sentimiento
tu latir sensato y generoso
que hace rugir al oso
y cantar al ruiseñor
no hay nada mejor
que ver nacer una flor
cuando el mundo se apaga
¡Ay mi madre, madre mía!
¡Qué grande eres todavía!
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