Estábamos haciendo las tareas de casa cuando de repente notamos que en la terraza de la cocina había algo revoloteando. Nuestra sorpresa fue grande cuando vimos que se trataba de un vencejo (Apus apus) que se había colado por la ventana.
Rápidamente acudimos con un paño y un cuenco con agua para ver si estaba bien y darle algo de beber. El trapo lo utilizamos para cogerlo con cuidado y, en caso de que estuviera algo inquieto, taparle los ojos (las aves se relajan cuando no ven nada). Pero no hizo falta, estaba bastante tranquilo. Como nos dimos mucha prisa en ayudarlo, cogimos la primera cámara disponible, una de nuestras primeras compactas. Por eso las fotos no tienen mucha resolución.
En estos casos lo que hay que hacer es examinar con mucho cuidado si tiene algo roto, y si está bien lo mejor es intentar que vuelva a volar por sus propios medios. Al principio nuestro amigo vencejo se agarraba fuertemente con sus patas al trapo. Mientras yo lo sujetaba, Almu le echaba agua con un pulverizador para reanimarlo un poco. En ningún momento le dimos de comer nada, los vencejos comen insectos y no migas de pan ni otras cosas.
Tienen las patas muy poco desarrolladas, pero puedo dar fe de que apretaba fuertemente mis dedos contra el paño. Tras varios intentos de animarlo a volar, cuando pensábamos que nos iba a costar muchos esfuerzos, se acercó al cuenco con agua, bebió un poco, cogió impulso y se fue volando tan contento.
¡ Y TODO ACABÓ BIEN !
Me alegro de que todo acabara bien.
ResponderEliminarXD
Nosotros también, toda una experiencia :)
ResponderEliminarMucho gusto de verte, ambientalista
ResponderEliminarGRACIAS, BIENVENIDA AL BLOG :)
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