Hoy nuestra bosquienana Minerva ha decidido tomar un poco el aire, así que nos hemos ido con ella a Hoyos de Manzanares, donde estuvimos en otra ocasión, e hicimos una pequeña ruta circular entre encinares y con multitud de pajaritos dándolo todo en un día casi primaveral.
Aquí os dejamos algunas fotos de la jornada. Si queréis saber más de senderismo por esta zona, os animamos a visitar nuestra anterior entrada ¡Disfrutad del campo, bosquienanos!
Aunque todo esto está muy bien, y es importante que en las altas esferas se trate el problema y las formas para abordarlo, debemos recordar y ser conscientes de que la educación ambiental es algo que todos podemos hacer sin tener que formar parte de congresos, organismos internacionales u ONGs que se arogan el manto de ser las únicas protectoras del ecologismo. No: la concienciación es algo que podemos hacer desde las aulas, en un paseo por un parque, con nuestros sobrinos o peques de la casa, con nuestra propia actitud. Se ha hecho desde siempre, mucho antes de 1975, cada vez que un padre o una madre enseñaban a su hijo lo importante que eran los cultivos, o cuidar del bosque, o no ensuciar las aguas de un río. Obviamente, cuando nos movemos a gran escala, como la contaminación industrial, son necesarias actividades a nivel nacional o internacional, pero eso no debe hacer que nos lavemos las manos y lo dejemos todo en las idem de los políticos.
Además, la educación ambiental debe ir respaldada por una visión científica. No basta con autoetiquetarse "ecologista", hay que saber de ecología para tomar decisiones correctas. Las consignas, los eslóganes y los discursos floridos no son suficientes: hay que estudiar e investigar y comprender las necesidades humanas.
La educación ambiental no pasa por prohibiciones continuas, sino por mostrar a los que aún no lo han visto, lo hermoso, importante y delicado que es el equilibrio natural, y entender que cada acción que hagamos tiene sus consecuencias. No consiste en realizar vistosas "performances" que salen en las noticias durante dos días y luego quedarse cruzado de brazos hasta la siguiente vez que haya que estar bajo los focos. Al fin y al cabo, la educación ambiental, por mucho que se titule así esta entrada, no es cosa de un día.
Porque la verdad es que no nos ha quedado muy claro. Buscando en internet, resulta que hay algunas fechas diferentes según el país (en Argentina parece ser el 27 de junio). No sabemos si este desbarajuste es fruto de esas veces en que nadie se pone de acuerdo, o del hecho muy real de que los biólogos somos todos unos cabezas locas que estamos más pendientes de la vida amorosa de las moscas que del mundo cotidiano real. En cualquier caso, como a nadie le amarga un dulce, ¡felicidades a todos los biólogos!
Y es que no es porque nos toque de cerca, pero la Biología es preciosa y fascinante. Y le da a todo. Igual se mete con la anatomía de un caballo que con la reproducción de una amapola, el comportamiento de las abejas, las relaciones entre poblaciones de herbívoros, la genética de los guisantes o la evolución de las sardinas ¿Hay alguna otra ciencia tan variada y variopinta? El biólogo de verdad sabe un poquito de todo (y a veces algo más de aquello que le interesa especialmente) pero para él, su campo de estudio es nada más y nada menos que LA VIDA. En eso, solo nos ganan los astrónomos, cuyo objeto de estudio es EL UNIVERSO. Pero a ellos les pilla más lejos, je, je.
Y de premio, unos cuantos memes que cualquier biólogo que se precie entenderá.
Para vosotros, este fragmento del libro "El espejo en el espejo", de Michael Ende. Un libro imprescindible para todos los que admiráis al autor alemán de "La Historia Interminable" y "Momo", entre otros. Dadle al play, cerrad los ojos, y dejaos llevar por vuestros sueños...
Con muchas ganas de campo, este fin de semana hemos repetido un destino que no visitábamos desde hace unos seis años. Nos referimos al paraje conocido como el Cañón del río Pirón, una ruta muy tranquila, fácil y con abundancia de barrancos calizos. Aunque ha hecho bastante fresquete por la mañana, luego se ha quedado muy buen día, y hemos podido disfrutar de unas vistas preciosas. Os dejamos con algunas fotos de la jornada. Si queréis más detalles sobre la ruta (dónde comienza, señalización, qué se puede ver, etc.) os remitimos a la entrada anterior ¡A salir al monte, bosquienanos!
Si tienes problemas con los ejercicios de Genética del instituto, este libro es para ti. En nuestra colección de Sol Oscuro, los mejores superhéroes te inroducen en diversas facetas de la Ciencia de una manera amena, rigurosa y muy divertida. ¡Descárgatelo gratis! ¡No te lo puedes perder!
Esta memorable foto corresponde a un joven (de nombre Tawy Zoé) de la etnia Zoé, en la Amazonia Brasileña, que cargó con su padre (Wahu Zoé) durante seis horas, atravesando bosques y colinas y terreno abrupto, para llevarlo hasta el punto de vacunación contra la Covid más cercano. A uno se le ponen los pelos como escarpias ante esta imagen, que merece ser recordada en el futuro como uno de esos hitos en la historia de la fotografía. Fue realizada, por cierto, por el neurocirujano Erik Jennings.
Y debe hacernos reflexionar. Mientras algunos deportistas antivacunas se creen con derecho a saltarse las leyes de un país por ser quienes son, y basando toda su actitud en argumentos irracionales y peligrosos, hay quien hace lo que haga falta hacer para proteger a sus mayores. En el gesto del joven Tawy está escrita toda la nobleza, todo el estoicismo, todo el espíritu de sacrificio que sea necesario para capear los obstáculos. Mientras tanto, en el primer mundo, unas cuantas manadas de irracionales lloriquean porque no quieren ponerse una mascarilla o ponerse un pinchazo o porque no les dejan hacer botellón para emborracharse en las calles.
En esta imagen de Erik Jennings está toda una declaración ética: si el fuerte ayuda al débil, si estamos dispuestos a aceptar sacrificios necesarios no con resignación, sino con voluntad, este sería un mundo mejor.
Hace poco, nuestro bosquienano Sebastián se reunió con su primo Peppo y se pusieron muy contentos los dos. Peppo es todo un hermanote mayor, y es muy paciente y tranquilo. Al final lo ha convencido para que se una a la tribu, y ya le han hecho su propio carnet ¡Pronto nos traerá sorpresas!
Parece que no aprendemos... Con lo bonitas que son estas fiestas, y nos empeñamos en que la última imagen que quede de ellas es esto. ¿Qué cuesta bajar las cajas y los cartones cuando los contenedores estén despejados? No es comida que vaya a oler mal en casa... Y para los más peques no es precisamente un ejemplo a seguir. Por favor, evitemos estas escenas, que no cuesta nada.
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| A todos los culpables, más que carbón, habría que traerles una pala y ponerlos a trabajar. |
Desde aquella primera vez hace nueve años, hemos estado muchas veces en este bosque mágico, pero es que no nos cansamos de su belleza; cada cierto tiempo nos llama, y nosotros no podemos resistirnos, y volvemos.
Aunque la mejor época, en la que muestra todo su esplendor, es sin duda el otoño, si tenéis la ocasión no dejéis de visitarlo en cualquier otro momento del año. No solo encontraréis menos gente (a veces las aglomeraciones otoñales son un tanto molestas) sino que el Castañar os mostrará sus otras caras, menos conocidas, quizás, pero igualmente especiales. En invierno, por ejemplo, encontraréis un bosque deshojado, dormido, en ese silencio vivo que solo pueden tener los bosques. Si el día es apacible, oiréis muchos pajaritos entre las ramas, tan esquivos como musicales.
Acudid al Tiemblo y visitad al majestuoso Abuelo, un impresionante castaño centenario. Pisad su hojarasca, empapaos de su tranquilidad en espera del renacer primaveral. No os arrepentiréis.
