Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.

miércoles, 31 de julio de 2019

Ruta: la Cascada de la Mangá - Candelario

Hay un rincón en Salamanca (aunque no se circunscribe a esta provincia) que no es tan conocido como debería, porque encierra unos valores naturales y culturales que merece la pena conocer. Nos referimos a la Sierra de Béjar. Cuando buscamos algún sitio para hacer una ruta de un día, dimos con menciones a este lugar, e inmediatamente quisimos acercarnos a hacer al menos un primer reconocimiento.

Y, desde luego, no hemos quedado decepcionados. Hemos encontrado una pequeña ruta que va desde el pueblo de Candelario hasta la Cascada de la Mangá, cuyo track os ponemos más abajo. Ya de entrada, el pueblo de Candelario es realmente bonito, y da gusto darse un paseo por sus calles. La ruta comienza cerca del cámping "Cinco Castaños", desde donde está señalizada. El sendero es muy fácil y con poco desnivel, y hay bastante sombra (uno de nuestros temores en estos días de calor). Además, hemos podido ver abejarucos, petirrojos, milanos, ratoneros, mirlos, pinzones, trigueros, gorriones y bastantes mariposas e insectos, aparte de lo que creemos que pudo ser un mustélido de mediano tamaño que se escondió rápidamente de nuestra vista ¡qué pena!




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Estamos seguros de que no hemos visto la Cascada de la Mangá en todo su esplendor, después de una primavera bastante seca, pero aún así llevaba algo de agua, y está en un rinconcito ideal para pararse a comer un bocadillo y relajarse un rato.

La ruta puede hacerse circular si se regresa por carretera, pero siempre pueden deshacerse los pasos si no se quiere pisar asfalto. También puede ampliarse llegando hasta la Dehesilla, aunque ahí de momento no podemos deciros nada. Os dejamos con las fotos del día, por si os animan a ver y vivir el lugar en persona.
































































lunes, 29 de julio de 2019

Viajando con Hank




"¡Hola otra vez, Bosquienanos viajeros! Dos pajaritos me dijeron que habían estado en Escocia, y en seguida me picó el espíritu trotamundos y quise ir allí en persona. ¡Es un lugar precioso! Pero un sitio que me dejó de verdad con la boca abierta fue...




Bass Rock es un islote que se encuentra frente a la costa de North Berwick, a tan solo cincuenta minutejos de Edimburgo. Si uno reserva en la página del Scottish Seabird Centre, puede conseguir una visita en catamarán de una hora a los islotes de Craileigh y Bass Rock. ¡También hay visitas en lanchas y otras que te llevan a otras islas, pero no tuve oportunidad de hacerlas! En cualquier caso, la que os comento es una auténtica pasada: aunque no desembarcas (porque son lugares protegidos) te acercan lo bastante como para hincharte a sacar fotos de alcatraces, araos, cormoranes, gaviotas ¡y frailecillos! ¿Veis en la foto todos esos puntos blancos que cubren la isla? Pues no son nieve, sino cerca de ciento cincuenta mil alcatraces que anidan allí.

Tanto Craileigh como Bass Rock son de origen volcánico, y están ubicadas en el Fiordo de Forth. Bass Rock, en concreto, tiene su historia: en el siglo XV fue un sitio de oración, luego fue prisión, y a principios del siglo XX se construyó el faro que todavía hoy se puede ver (y que funciona, aunque de manera automatizada). David Attenborough la calificó como "una de las maravillas de la fauna del mundo". Por cierto, el nombre de la isla inspiró el nombre científico del alcatraz, Sula bassana ¡Qué cosas!

Así que ya sabéis: si alguna vez vais por Escocia por la zona cerca de Edimburgo, y os gustan las aves, Bass Rock es una visita I-M-P-R-E-S-C-I-N-D-I-B-L-E que os dejará completamente epatados ¡Aseguraos de reservar vuestro billete con tiempo, porque las visitas están contadas!"




viernes, 26 de julio de 2019

Para leer en la Naturaleza




El señor Elefante, como todos los de su especie, tiene una memoria increíble. De hecho, tiene muchos recuerdos guardados, pero no quiere compartirlos con nadie, y los guarda solo para sí. Hasta un día en que una arañita decide poner remedio a eso, y se las arregla para que todos los recuerdos de Elefante se escapen ¡Menudo desastre! Ahora Elefante tiene que salir a buscarlos, pero en ese viaje acabará descubriendo una cosa... y es que cuando uno es generoso y da a los demás, no se queda con menos, sino que gana él también.

Una historia sencilla y muy educativa para los más peques de la casa, que enseña a compartir con los más cercanos, para así ser más ricos que al principio. Además, las ilustraciones de Karim Maaloul son realmente entrañables, y harán las delicias de toda la familia. Es un cuento que seguramente los pequeños lectores querrán leer una y otra vez.





jueves, 25 de julio de 2019

Econoticias

La Geoda de Pulpí abre por primera vez al público

La Tierra guarda secretos espectaculares, muchas veces justo debajo de nuestros pies. Y quien no se lo crea, tiene una visita pendiente con la espectacular geoda de Pulpí, en Almería, la más grande de Europa y la segunda más grande del mundo (la primera está en Chihuahua, México). Esta joya geológica fue descubierta hace veinte años, pero a partir de este 29 de julio podrá ser visitada por el público. Bueno, eso si tenéis suerte, porque como podéis imaginar hay una lista de espera kilométrica...

En realidad, el periodo entre el 29 de julio y el 4 de agosto es una especie de "ensayo" para ver cómo gestionar las visitas del público, y se tiene previsto que en octubre las visitas fluyan con más facilidad. Y es que hay que hacer todo lo posible para que esta geoda de ocho metros de longitud por dos de altura, con cristales de yeso algunos de los cuales son más grandes que una persona, se conserve en el tiempo y no resulte perjudicada por sus visitantes.



Foto cogida de Traveler.es



Así que os animamos a visitarla. Nosotros probaremos, cruzando los dedos para que en algún momento nos llamen y nos digan que hay plaza. Si es así ¡estad seguros que os lo haremos saber!





miércoles, 24 de julio de 2019

Las mates de Pascal

Querido Pascal: ya sé que en verano hace calor, pero imagina el susto que se me metió en el cuerpo cuando el otro día, al ir a ver el termómetro en casa de un amigo, vi que marcaba ¡98,6 grados! Él me dijo que es que medía en otro sistema, pero no supo explicármelo mejor. ¿Podrías tú, que eres tan listo? Atentamente: Calorina Grande.

Querida Calorina, gracias por lo de listo, pero yo solo lo hago para ayudaros con las cosas de números que se os atraganten. El termómetro de tu amigo (que estoy casi seguro que es  estadounidense) mide la temperatura en grados farenheit, mientras que tú (y el resto del mundo) usamos la escala conocida como celsius. Es un asunto algo lioso, porque las dos escalas usan valores diferentes, y un grado farenheit no "vale" lo mismo que un grado Cclsius. Es decir, si la temperatura sube un grado farenheit, es un incremento menor que si sube un celsius.

¿Y por qué este barullo? Todo empezó en 1724 cuando Daniel Gabriel Farenheit, un físico polaco, quiso crear una escala para medir temperaturas. Quiso poner el punto cero en lo más frío posible, y lo más frío que consiguió fue una mezcla de hielo, agua y cloruro de amonio. Luego se tomó su propia temperatura un día que tenía fiebre, y le pareció bonito decir que eso que marcaba eran 100 grados Farenheit. Su idea, desde luego, era no tener que usar números negativos, pero su buena intención acabó en chasco, porque evidentemente hay cosas mucho más frías que la mezcla de hielo, agua y cloruro de amonio, y al final los farenheit también tienen temperaturas negativas.

La escala celsius se la debemos a Anders Celsius, un físico sueco. En 1742 quiso plantear una forma más sencilla de medir las temperaturas, y cogió como referencia el punto en que el agua se congela y el punto en el que hierve, designándolos como 0 y 100 grados celsius ¡Solo que él los puso al revés! Es decir, según él, el agua se helaba a 100ºC y hervía a 0ºC ¿No sería más lógico como lo usamos hoy, señor Celsius? Gracias a Dios, al final se corrigió este capricho...

La escala Celsius es la que más ha triunfado a nivel cotidiano, aunque tiene el inconveniente de tener que usar números negativos para cosas más frías que el punto de congelación del agua (algo que a lo mejor no te importa si vives en el Caribe, pero que tendrás que asimilar si te mueves por Moscú).

Pero ¡un momento! Existe una tercera forma de medir la temperatura, que es la escala Kelvin (por William Thomson Kelvin, físico inglés, en este caso). En este caso, el 0 se asigna a la temperatura más baja posible... Dirás que esto te suena a lo que hizo el bueno de Gabriel, pero es que en este caso sí que es LA TEMPERATURA MÁS BAJA POSIBLE DE VERDAD DE LA BUENA. Los 0 Kelvin se corresponden con la temperatura a la que un electrón se quedaría inmóvil, y todas nuestras fórmulas nos dicen que es algo teóricamente imposible de conseguir. Podrás acercarte a la millonésima de kelvin, pero no al cero. Por cierto, un kelvin corresponde "en cantidad" a un celsius, pero no a un Farenheit.

¿Y cómo hago para cambiar de un sistema a otro? ¿Cómo de calor son 98,6ºF? Hacer el cambio de kelvin a celsius es fácil: sólo tienes que restar 273 (si nos ponemos puntillosos, 273,15). O dicho de otro modo, los cero kelvin (también llamado cero absoluto) serían -273º (vaaale, -273,15º). Para ir de Celsius a kelvin, pues al contrario: el agua, por tanto, se hiela a 273K.

Pasar de farenheit a celsius requiere un poco más de mates. A la cifra que tengas debes restarle 32, el resultado multiplicarlo por 5 y luego dividir todo por 9. Salvo que seas muy bueno, no es algo para hacer de cabeza, desde luego. Si te molestas en hacer las cuentas, verás que 98,6ºF corresponden a 37º, que también es calor, también...




martes, 23 de julio de 2019

VIAJANDO POR ESCOCIA - VII -

Nuestra estancia en Escocia está tocando a su fin... El octavo día amanecemos en Inverness donde, después de otro pantagruélico desayuno, continuamos nuestro camino. Por cierto, amanece lloviendo, que ya tocaba. Demasiada suerte estábamos teniendo con el tiempo, y hay que aceptar que, si este país es tan verde, es por algo.

Antes de dirigirnos a nuestro siguiente punto en el viaje, nos desviamos para regresar a la parte más "turística" del Loch Ness, donde visitamos algunas tiendas de regalos, nos cogemos algunas camisetas y nos hacemos algunas fotos con Nessie.

De nuevo en el coche (y tras hacer una parada para comer sustanciosamente en un restaurante de carretera) visitamos el pequeño pueblecito de Dunkeld, tan lleno de encanto que inspiró en su momento las historias de Beatrix Potter, una famosa escritora de libros infantiles.

Tras Dunkeld, continuamos el camino hacia Perth, una ciudad más grande que, quizá no tenga el encanto antiguo de Edimburgo, pero cuenta con calles y edificios bastante interesantes, como la gran biblioteca en honor a Arthur Kinmond Bell (donde, por cierto, pudimos sacar nuestras tarjetas de embarque para el día siguiente). También aprovechamos para cenar en una pizzería, por si nos habíamos quedado con hambre.

Nuestro último alojamiento se llamaba Forth Bay, en el pueblo costero de Leven. Es una casita con encanto marinero donde fuimos tan bien acogidos como en todas las demás, y donde pudimos probar otro de los platos típicos de Escocia en el desayuno: el porridge (aunque sin whisky).

A la mañana siguiente ya terminaba nuestra aventura. Solo nos quedaba hacer los equipajes, limpiar el coche y dejarlo con la panza llena y hacer todas las gestiones del aeropuerto... Snif. Nos marchamos con el corazón lleno y muchísimas ganas de regresar, porque se nos han quedado un montón de cosas en el tintero. Pero como se suele decir ¡que nos quiten lo "bailao"!




Nuestra habitación en Ardbrae House






Posando junto a Nessie






Una plaza en Dunkeld






La catedral de Dunkeld






Interior de la catedral






Otra vista de la catedral






Nuestro alojamiento en Leven






Con su salita de estar y ocio






Y su acogedora habitación






A Angus McPuffin también le gustó mucho Leven






Porridge para desayunar (entre otras cosas)






Con las maletas hechas






Un último trago de Irn Bru antes de irnos






Ya se ve España






¡Hasta siempre, Escocia! Te damos un "like" bien gordo








lunes, 22 de julio de 2019

Poesía en la Naturaleza

EL DENTISTA EN LA SELVA 

Por la mañana  

El dentista de la selva  
Trabajó intensamente  
Con un feroche cliente.

 Era el rey de la jungla, 
 Era un león imponente, 
 Con colmillos careados  
Y que le faltaba un diente.

 Por la tarde  

Y dijo el doctor dentista 
 A su enfermera reciente: 
 -pon el cartel en la choza, 
 no recibo más pacientes,  
ha venido un cocodrilo que tiene más de cien dientes.


GLORIA FUERTES




domingo, 21 de julio de 2019

VIAJANDO POR ESCOCIA - VI -

En nuestro sexto día en Escocia, amanecemos en la isla de Skye, en una casita realmente acogedora y lejos de cualquier parte. Como siempre, para comenzar el día con energía nos sirven un desayuno a base de zumo, té, yogur, salchichas, huevos duros, beicon, tostadas, tomate y fruta. Conversando con la casera, ésta advierte nuestro interés por la Naturaleza y nos recomienda un sitio en el pueblecito de Kyle Rhea, donde hay posibilidad de ver nutrias. No hace falta decir que dejamos la casa directos a Kyle Rhea, aunque por el camino hacemos una parada intermedia para disfrutar de la compañía de algunas highland coos, las lanudas vacas escocesas. Al final no vemos nutrias... ¡pero sí un grupo de focas! Tan panchas, a pocos metros de la orilla, nos miraban con curiosidad mientras sesteaban al sol y nosotros nos hinchábamos a sacarles fotos y disfrutar del espectáculo ¡Qué experiencia más chula!

Y el día no había agotado sus sorpresas. Nada más abandonar la isla de Skye nos detuvimos a contemplar el precioso castillo de Eilan Dolan, el cual, además de tener una belleza especial, cuenta con un valor añadido: sale en la película de "Los Inmortales" como hogar del Clan McLeod ¡Fascinante! Además, para ser un lugar con tanto atractivo turístico, no había demasiada gente, con lo que pudimos disfrutar bastante de la visita.

También pudimos ver (desde lejos) el castillo de Urquart, no tan bien conservado, en nuestra opinión. Eso sí, si buscáis en un mapa dónde se encuentra este castillo, comprobaréis que está en las mismas orillas de... ¡el Loch Ness! Como nuestro siguiente alojamiento estaba en Inverness, pudimos disfrutar a placer de este mítico lugar, visitar el centro de visitantes ¡e incluso ver a Nessie! (en la entrada de una tienda de regalos). Dimos algún paseo por la playa del loch en el pueblo de Dores y luego nos fuimos a nuestro alojamiento en Ardbrae House.

El día siguiente nos saludan desde el jardín al otro lado de la ventana ostreros, conejos, lavanderas, cuervos, aviones, grajillas y mirlos. Un nuevo y copioso desayuno precede nuestra partida hacia Moray's Firth, donde habíamos leído que se podían ver delfines. No tuvimos tanta suerte, ni tampoco cuando dedicamos casi todo el día a viajar hasta Durness para ver más aves marinas. Eso sí, la sensación de chasco quedó atenuada por la belleza de los paisajes y por nuestra visita nocturna a Inverness, una ciudad llena de vida por la noche, y en la que cenamos, pro primera vez, en un restaurante hindú. Y vuelta a descansar a Ardbrae House, que al día siguiente nos tocaban más vivencias. Os dejamos con las fotos de estas dos jornadas ¡Disfrutadlas!




Nuestro alojamiento en la isla de Skye






Las peludas vacas "highland coos"






Tan amorosas como cualquier madre...






Van bien abrigaditas






Saludando a una highland coo






Tumbada en el pasto






A wee highland calf






Otro becerrito lanudo






Una tierna escena






Tumbada sobre una roca






Se lo pasan pipa al sol






Sin ningún estrés






Fresquitas y a gusto






Mirando la costa






Tomando el sol en grupo






¿Será la cabeza de Nessie?






Carita de placer






Gordita pero feliz...






Durmiendo al sol






Lo del fondo es el grupo de focas






Nos devuelven la mirada






El castillo de Eilan Dolan






Un lugar mágico






En el corazón de las Highlands






Puro romanticismo y leyenda






Un potrillo inquieto






El castillo de Urquart, junto al Loch Ness






La caravana de un caza-Nessies






Panorámica del Loch Ness - I -






Panorámica del Loch Ness - II -






Foto junto a la orilla






Panorámica del Loch Ness - III -





¡Es Nessie! ¡No es un montaje!






¡Así de cerca lo vimos!







Nuestro alojamiento en Inverness






La catedral de St. Andrew






En la playa de Durness






Una oveja, la reina de las Highlands






Inverness de noche - I -






Inverness de noche - II -






Inverness de noche - III -






Si tienes dudas, pregúntale a la gaviota