Un buen sitio muy cerca de Madrid para ir en fin de semana es Cercedilla. Tanto en invierno como en verano, reúne a muchos montañeros, senderistas y aficionados a la naturaleza que deciden alejarse de la ciudad.
Y allí estábamos nosotros, entre la muchísima gente que paseaba por la zona. Los aparcamientos estaban a rebosar de coches y en las cunetas había todavía más.
Así que buscamos un lugar lo más lejos posible del ruido, yendo por un camino que poca gente conoce, y por ahí nos fuimos deteniendo y viendo cosas.
Los vilanos son las semillas de flores como los dientes de león o las margaritas, que están enganchadas a unos "pelillos" para que el viento las lleve lejos. Esto es lo que se conoce con el nombre de dispersión anemócora.
Sacamos también a pasear a nuestro querido erizo. Fue el que descubrió a una mariposa isabelina a los pies de un árbol. La pobre estaba muerta.
La mariposa isabelina, cuyo nombre científico actual es Actias isabellae (antes Graellsia isabellae) es una especie nocturna que está en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas de España. Es difícil de encontrar, la época para poder verlas es en mayo o junio.
Arrendajos, herrerillos capuchinos, papamoscas, petirrojos, pinzones, oropéndolas, picos picapinos, carboneros garrapinos, mirlos comunes, entre otras aves, y un raúdo lagarto ocelado nos tuvieron entretenidos un buen rato. También estaban en flor los rosales silvestres y las retamas, sacándole los colores al campo.
El día fue inmejorable, disfrutamos de la tranquilidad, el fresquito y el aire puro de la sierra. Y aprendimos muchas cosas... nuestro amigo Pinchitos siempre está dispuesto a enseñarnos.
¡ Esto es un líquen !
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