Cine en la Naturaleza

Todos los que la hemos visto nos hemos quedado encantados, y ahora está de nuevo en cines. Y no estamos hablando del enésimo remake de una industria del cine falta de ideas, sino del clásico original.

"La Princesa Mononoke" es una película de animación que cuenta el conflicto entre los habitantes del bosque y los humanos que habitan en la Ciudad del Hierro. Estos últimos necesitan talar zonas de bosque para conseguir el hierro para sus armas, y claro, los espíritus y dioses del bosque no están por la labor. Pero para los que ya estén pensando en términos de "estos son los malos y los otros son los buenos", lo sentimos, porque en "La Princesa Mononoke" no hay personajes planos. Es imposible no empatizar con ambos bandos, y ahí está el príncipe Ashitaka, que, contaminado por un demonio, quiere encontrar un camino que lleve la paz a ambos mundos.

Intensa, humana, estéticamente preciosa y con un gran mensaje ecologista, "La Princesa Mononoke" es una de esas películas que hay que ver. La banda sonora es maravillosa, y el modo en que se representan a los espíritus y dioses del bosque es mitología japonesa en estado puro. Tanto si ya la has visto como si no, ahora tienes una oportunidad de disfrutar de ella en pantalla grande. Si para cuando ves esta entrada ya ha pasado el momento, no lo dudes: consíguela en cualquier lado y póntela o vuélvela a ver, y durante algo más de dos horas, olvídate del mundo y deja que Hayao Miyazaki te transporte al suyo propio.

De viaje por Irlanda - II -

El segundo día de nuestro periplo por Irlanda nos iba a deparar toda una aventura. Para empezar, madrugamos bastante (tampoco es que les importe mucho, porque a las cuatro ya había claridad) para viajar hasta Kilomore Quay, un pueblo pesquero en la costa sudoriental de la isla (previa parada en Wexford para confirmar el hotel del día). En Kilmore Quay teníamos reservado un ferry que nos llevaría hasta una de las islas Saltee, refugio de gran número de aves marinas.

¿Un trayecto en barco más? No exactamente. El caso es que en la Saltee no hay ninguna infraestructura (bueno, sí, hay una única casa privada con carteles poco hospitalarios hacia los turistas) por lo que tienes que llevarte todo lo que vayas a necesitar durante las casi tres horas que te dejan allí (porque te dejan, se marchan y luego pasan a recogerte) así que tuvimos que traernos cosillas de comer que habíamos comprado en Dublín el día anterior (que ya íbamos avisados). Y cuando decimos ninguna infraestructura eso incluye muelles o puertos. Para el desembarco te montan en una lancha y los últimos metros tienes que hacerlos metiéndote en el agua (hasta llas pantorrillas) para llegar a la playa. Toda una aventura.

Una vez en la Saltee se te olvidan todas las penas. La isla es realmente bonita, y te hinchas a ver gaviotas, alcatraces, alcas y araos. Las estrellas son, por supuesto, los frailecillos o "puffins", y esos nos fallaron un poco porque resultó que estaban en el mar todos tan panchos. Pero Almu consiguió sorprender a uno que asomó fugazmente antes de volver a esconderse con unos cuantos pescaditos en el pico. ¡A juzgar por comentarios de otros pasajeros, fuimos los únicos que vimos un "puffin" tan cerca!

El resto del día nos dedicamos a digerir tantas emociones, pasear por Kilmore Quay y luego por Wexford, con una cena que compensó la frugalidad de la comida del mediodía. Os dejamos con las fotos de la jornada. Mañana nos tomaremos un pequeño paréntesis y después continuaremos con la crónica.

Un ostrero nos recibe en las Saltee

Mogollones y mogollones de alcatraces

Alcas y cormoranes, y, al fondo, focas

Y gaviotas, que no falten

No todo son aves marinas

¡Huy! Asoma un frailecillo...

¡Y ha tenido suerte con la pesca!

El resto de sus compis están en el mar

Retrato de una gaviota

En el puerto de Kilmore Quay

Otro "frailecillo"

Una vista de las Saltee

Un grupete de Alcas

Así se desembarca en las Saltee

¡De vuelta a tierra firme!

De viaje por la verde Irlanda - I -

Este año hemos decidido visitar la verde Irlanda, no solo para huir del calor, sino para empaparnos de su naturaleza, sus gentes y su historia, y ahora que estamos de vuelta os podemos asegurar que ha sido una experiencia increíble. Como otras veces, vamos a contaros a lo largo de varias entradas la crónica del viaje, para que, los que podáis o queráis, os animéis a seguir nuestros pasos. Os aseguramos que merece la pena. Por cierto, todo el viaje nos lo organizó la agencia Avatar (con los que ya hemos hecho un par de "excursiones") y su trabajo ha sido impecable.

El primer día salimos prontito del aeropuerto, y tras todas las visicitudes de facturación, esperas, controles y embarques, despegamos llenos de ilusión y nervios hacia la aventura. Habíamos vivido algo parecido cuando fuimos a Escocia en 2019, pero siempre te queda ese gusanillo de preguntarte qué te esperará en los días que tienes por delante.

Todo fue bien en el vuelo y en el aeropuerto de Dublín. Cogimos un coche de alquiler y ¡ahí va el primer cambio! Acostumbrarse a conducir por el lado contrario de la carretera y con el volante a la derecha es algo que hay que hacer con mucha paciencia, atención y cuidado. Sobre todo porque en Dublín tanto las carreteras como el tráfico son un caos. Por fortuna, una vez que sales de la ciudad la cosa se vuelve mucho más fácil, pero los dublineses tienen un amor realmente enfermizo hacia los semáforos...

Lo primero, hacer acto de presencia en el hotel que teníamos asignado. Después, comer algo y hacer nuestra primera visita al centro histórico de la capital. Dublín es grande y no se ve en una tarde, pero comenzamos por algunos imprescindibles: St. Christ Church, el parque de St. Stephen's Green y, por supuesto, la Catedral de San Patricio, que es realmente impresionante, pero que no pudimos ver por dentro porque ya estaba cerrada (allí cierran bastante pronto, tenedlo en cuenta por si vais por allí).

Como ya habían sido suficientes emociones por un día y tampoco nos daba tiempo a mucho más, volvimos al hotel a descansar. Al día siguiente nos esperaba una auténtica aventura ¡No os la perdáis! De momento, disfrutad de las fotos de la jornada.

¡El viaje está a punto de comenzar!

Nuestra primera habitación

En St. Patrick

En St. Stephen's Green

St. Christ Church

Frente a St. Patrick

Una de las estatuas de Dt. Stephen's Green

La mole de la catedral de St. Patrick

Posando en St. Stephen's Green

Las aves también pasan calor

Con estos persistentes y terribles calores de verano, no somos nosotros los únicos en pasar calor. Las aves también necesitan hidratarse y ventilar (aunque ellas, como no sudan, deben hacerlo a través de la boca, como los perros). Sorprendimos en un jardín a este "acalorado" pollo de urraca, buscando un charco del que beber...

¡¡ 500.000 visitas !!

Gracias a todos vosotros hemos superado las 500.000 visitas en el blog.

¡Ahora a por el millón, Bosquienanos!

 

Un cómic distinto

Para los más despistados, os recordamos que  en nuestro blog de Sol oscuro ya os podéis descargar el cómic "Distinto", protagonizado por Salem, y que trata sobre la discriminación que sufren algunos chavales solo por ser diferentes a sus compañeros. Además, incluye una guía didáctica para aquellos docentes que quieran usarlo en sus clases. ¡Esperamos tus comentarios!

Humor científico

Música desde el corazón de las montañas

Con esta música no solo podréis relajaros, sino también llenaros de esa energía

que nace del corazón de un lobo...

¡¡ Esto es asombroso !!

Las arañas saltarinas pueden saltar hasta 50 veces su longitud. Eso equivaldría al hecho de que un hombre de metro setenta fuera capaz de saltar de una vez ¡85 metros!

¡Música, maestro!

Para todos aquellos que no podáis disfrutar de la playa (o al menos todavía) os traemos una pieza con  mucho sabor marinero: "La Mer", de Claude Debussy; en concreto, el tercer movimiento, titulado "Diálogo entre el viento y el mar". ¡Y es que la música clásica puede ser la mar de refrescante! Cierra los ojos, dale al play, y sumérgete en un océano de notas musicales ¡Música, maestro!

Para amantes de las cuevas

El Instituto Geominero Español (IGME) tiene una serie de librillos no muy extensos pero enormemente interesantes relacionados con temas muy diversos, y a precios muy asequibles. El que os recomendamos hoy se titula "Karst y cuevas" y es un imprescindible para el amante de este tipo de paisajes.

Para los que no estéis muy puestos, los karst son terrenos en los que el agua ejerce un efecto de modelado a través de de la disolución química. Son básicamente lugares de roca caliza, pero también pueden darse en dolomías y evaporitas como el yeso. En este tipo de peculiares lugares geológicos se dan las que son posiblemente las formas más hermosas, como las cuevas llenas de estalactitas y estalagmitas.

Pero no creáis que en el libro se van a limitar a explicarte cómo se forma una estalactita (que también tiene su aquel). Descubrirás lo que son los gours, los espeleotemas globulares, las pisolitas o las kamenitzas ¡Por no hablar de las helictitas o estalactitas excéntricas, que crecen desafiando la gravedad! ¡Una locura!

Todo está explicado de forma bastante asequible y amena, de tal modo que interesará tanto al aficionado a la Geología que ya tenga conocimientos como al curioso ocasional. De regalo, te llevarás algunos datos que te pueden servir para ganar un quesito en el Trivial ¿Sabías que la cueva más profunda se encuentra en Georgia y tiene una profundidad de 2197 metros? ¡Eso es conocimiento profundo!

Calisto te explica

Las tormentas de verano

Es posible que alguna vez te haya pillado en verano uno de esos chaparrones en los que de repente el cielo se pone negro, cae un montón de agua con fuerza y poco después todo se ha terminado. ¿Por qué se comportan así las tormentas de verano? ¿Qué tienen de especial?

Para empezar, tienes que entender que no todas las precipitaciones tienen el mismo origen. Aunque en el cole, cuando eres pequeño, te cuentan que "el agua se evapora, se condensa y luego llueve", lo cierto es que hay muchos tipos de "lluvia" porque hay muchas condiciones diferentes que pueden provocarlas.

Empecemos con una masa de aire, que, como es verano, se calienta, y bastante. El aire caliente es menos denso que el frío, y por eso sube, y si está muy caliente, sube muy rápido. Si esta masa de aire caliente topa con una de aire frío, se enfría de golpe, todo el agua que lleva se condensa, y la libera a lo bestia. Por eso las gotas caen muchas, rápido, con fuerza y un poco frías. De hecho, en las condiciones apropiadas puede incluso darse granizo. Pero aunque sean muy violentas, estas precipitaciones no duran mucho, así que si te pilla alguna sin paraguas, métete bajo techo y ten un poco de paciencia, que pasará pronto.

¡Hace calor!

Para los amantes del senderismo, el verano no es la mejor época... Hay que elegir con sensatez las rutas para evitar la molestia del calor y la escasez de agua. Por suerte, siempre hay lugares que ofrecen sombra y el frescor del agua. Si queréis caminar por el monte, informáos bien de los sitios que queréis visitar, y no olvidéis llevar mucha agua, crema del sol, gorras y pañuelos. En nuestro blog encontraréis unas cuantas recomendaciones, como esta en la Chorrera del Hornillo.

Aceitera a la carrera

Una inquieta aceitera (Berberomeroe majalis) parece no estar muy dispuesta a posar para nuestra cámara. Es increíble la velocidad con la que pueden moverse a pesar de su aspecto masivo y torpón...