Querido Pascal: dejando pasar el tiempo, me ha venido a la cabeza una pregunta: ¿por qué las horas están divididas en sesenta minutos y los días en veinticuatro horas? ¿Por qué no en dos o en cinco, que sería más fácil? Atentamente: Horacio Segundón
Querido Horacio, la cosa tiene su razón de ser, como verás pronto. Pero antes de empezar, quiero que te imagines la siguiente situación: en tu familia compráis una caja de bombones y dentro vienen diecisiete dulces. Suponiendo que sois mamá, papá, tú y un hermano ¿cómo os lo repartiríais a partes iguales? ¡Y no vale el primero que llegue! ¿Ves lo que quiero decir?
Ya en Mesopotamia - que quizás no habían inventado aún la tele, pero eran muy listos, y se les daban muy bien las mates - se dieron cuenta que, como había que dividir las horas y los días en fracciones más pequeñas, lo suyo era que las divisiones fueran fáciles de hacer. Si hubiesen elegido partir el día y las horas en diez fracciones, solo podrían dividirse entre dos, cinco y diez. Sin embargo, veinticuatro es un número que puede dividirse entre dos, tres, cuatro, seis, doce y veinticuatro. Sesenta se puede dividir entre dos, tres, cuatro, cinco, seis, ocho, diez, doce, quince, veinte, treinta y sesenta. ¿Te das cuenta de que así es más fácil? Por supuesto, fraccionar el día o la hora en dos partes sería poco práctico ¡Tendrías "horas" que durarían doce de las de ahora, y "minutos" que valen por treinta! ¡No quiero ni pensar en cómo serían las clases en el cole!
Por cierto, lo que hemos hecho ahí arriba se llama encontrar los divisores de un número, algo muy útil en Matemáticas. Seguro que ya lo has hecho en clase. Es como hacer pedacitos un número.
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