Más sobre Educación Ambiental

Un propósito fundamental de la educación ambiental es lograr que tanto los individuos como las colectividades comprendan la naturaleza compleja del medio ambiente (resultante de la interacción de sus diferentes aspectos: físicos, biológicos, sociales, culturales, económicos, etc.) y adquieran los conocimientos, los valores y las habilidades prácticas para participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas ambientales y en la gestión de la calidad del medio ambiente. Además, la implicación de la sociedad en estos problemas lleva a la sensibilización y respeto de lo que nos rodea a través de la experiencia práctica y vivencial, evidenciando que somos parte del medio y en nuestra interacción con el mismo no podemos dejar pasar que estamos y formamos parte de ese nicho ecológico donde coexistimos junto con otras especies.

 

 

 

 

 

 

La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre los sistemas naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la importancia de los factores socioculturales en la génesis de los problemas ambientales. En esta línea, debe impulsar la adquisición de la conciencia, los valores y los comportamientos que favorezcan la participación efectiva de la población en el proceso de toma de decisiones. La educación ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que incida en el modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sostenibilidad y la equidad.


 

 

 

 

 

 

La educación ambiental, más que limitarse a un aspecto concreto del proceso educativo, debe convertirse en una base privilegiada para elaborar un nuevo estilo de vida. Ha de ser una práctica educativa abierta a la vida social para que los miembros de la sociedad participen, según sus posibilidades, en la tarea compleja y solidaria de mejorar las relaciones entre la humanidad y su medio.

Nosotros llevamos muchos años dedicados a la educación, y más en concreto a la educación ambiental, y bajo nuestra experiencia, es enriquecedor fomentar el interés por el medio ambiente en las personas, ya que motiva un estrecho contacto con la gente y a la vez velamos un poco más por proteger algo tan querido por nosotros y a la vez tan desconocido como es la Naturaleza.

En ese quehacer aún andamos a día de hoy; en las muchas actividades que hemos hecho siempre ha estado el pretexto de impregnar nuestra huella a través del cuidado y cariño por nuestro entorno. Grandes y pequeños que han pasado por nuestras explicaciones se han llevado un trocito nuestro, lleno de ese vivir la Naturaleza a flor de piel, nunca mejor dicho, ya que todo eso termina por florecer como si se tratase del resurgir primaveral en un estallido lleno de vida.  

Actividades de todo tipo, desde las más lúdicas a las más teóricas, nos pueden servir como hilo conductor para inculcar nuestro mensaje. No todo ha de ser meramente desde las charlas o explicaciones más "rigurosas", los juegos distendidos o las actividades creativas también son un buen motor para conseguir nuestra meta de enseñar, y muchas veces los participantes no se dan apenas cuenta de todo lo que están aprendiendo tan fácilmente de lo sutil que llega a ser ese conocimiento.