A pesar de su aspecto, la salamandra (Salamandra salamandra) no es un reptil, sino un anfibio. Concretamente, un urodelo, un "anfibio con cola", como los tritones. Y puedes comprobarlo si te fijas en su piel: verás que no tiene escamas, como sucede con los lagartos. ¡Ojito con esos colores chillones! No están para adornar, sino para avisar: la piel de las salamandras exuda un líquido tóxico, que le sirve para defenderse de los depredadores. No es un animal peligroso, y si te encuentras con una, lo único que tienes que hacer es no tocarla y observarla en paz, porque realmente es un animal bonito.
Este anfibio es todo un depredador. Tiene pequeños dientes con forma curva, Se alimenta de insectos, crustáceos, arañas y gusanos. Como curiosidad, no tienen cuerdas vocales, y los sonidos que producen los hacen chasqueando la mandíbula. Pero es que además estos animales tienen un superpoder: ¡pueden regenerar extremidades perdidas e incluso partes de pulmón o de cerebro!
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