¿Os acordáis de esas películas futuristas en las que aparecían coches voladores y vehículos que se movían por sí solos? Bueno, lo de voladores todavía no, pero los coches autónomos están a punto de entrar en nuestras vidas.
Se trata de los coches Tesla. Salen del garaje, se incorporan al carril, encuentran su destino, calculan la ruta y disponen de cámaras que cubren 360º para captar cualquier suceso de la carretera para reaccionar en consecuencia. Incluso tienen sensores para situaciones de niebla u oscuridad. Ajustan la velocidad a las condiciones del asfalto, cercanía de otros coches y son capaces de calcular si un adelantamiento es factible o no. El conductor humano sería prácticamente prescindible.
Los promotores de esta iniciativa aseguran que la implementación de estos coches en nuestras vidas aumentarán la seguridad vial, ya que la inteligencia artificial calcula los parámetros de seguridad mejor que muchos conductores humanos, y que su conducción será más económica que la de los coches normales.
Los detractores no están seguros de que la mejor de las inteligencias artificiales pueda igualar la flexibilidad que un conductor humano pueda demostrar ante el sin número de imprevistos que puedan surgir en la carretera. Como mínimo, habría que hacer muchos cambios en las leyes de circulación, para determinar de quién serían las responsabilidades ante cualquier incidente.
Sea como sea, está previsto que en el 2017 ya salgan los primeros modelos al mercado. No estarán al alcance de todos los bolsillos, pero parece ser que son un anticipo de lo que nos espera en el futuro...
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