Algunas personas aún se sorprenden, pero las tormentas son un fenómeno relativamente corriente en verano. No están asociadas al frío del otoño o el invierno, sino a las condiciones atmosféricas de la troposfera, sobre todo a las cargas eléctricas que se acumulen en determinado tipo de nubes. Desde luego, aunque resulten abrumadoras, estas tormentas ayudan mucho a refrescar el ambiente, limpiar el aire dispersando contaminación y traer agua. Si tenemos suerte de contemplar el espectáculo, podremos además asombrarnos ante el poder y la majestuosidad de los relámpagos hendiendo el cielo, como podéis observar en estas fotos que conseguimos la noche pasada. ¡Y eso que vistos así no dicen tanto! Desde luego, nadie puede culpar a nuestros antepasados de atribuir este fenómeno a dioses o fuerzas de la Naturaleza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario