Parece que no aprendemos... Con lo bonitas que son estas fiestas, y nos empeñamos en que la última imagen que quede de ellas es esto. ¿Qué cuesta bajar las cajas y los cartones cuando los contenedores estén despejados? No es comida que vaya a oler mal en casa... Y para los más peques no es precisamente un ejemplo a seguir. Por favor, evitemos estas escenas, que no cuesta nada.
A todos los culpables, más que carbón, habría que traerles una pala y ponerlos a trabajar. |
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