Este año hemos decidido visitar la verde Irlanda, no solo para huir del calor, sino para empaparnos de su naturaleza, sus gentes y su historia, y ahora que estamos de vuelta os podemos asegurar que ha sido una experiencia increíble. Como otras veces, vamos a contaros a lo largo de varias entradas la crónica del viaje, para que, los que podáis o queráis, os animéis a seguir nuestros pasos. Os aseguramos que merece la pena. Por cierto, todo el viaje nos lo organizó la agencia Avatar (con los que ya hemos hecho un par de "excursiones") y su trabajo ha sido impecable.
El primer día salimos prontito del aeropuerto, y tras todas las visicitudes de facturación, esperas, controles y embarques, despegamos llenos de ilusión y nervios hacia la aventura. Habíamos vivido algo parecido cuando fuimos a Escocia en 2019, pero siempre te queda ese gusanillo de preguntarte qué te esperará en los días que tienes por delante.
Todo fue bien en el vuelo y en el aeropuerto de Dublín. Cogimos un coche de alquiler y ¡ahí va el primer cambio! Acostumbrarse a conducir por el lado contrario de la carretera y con el volante a la derecha es algo que hay que hacer con mucha paciencia, atención y cuidado. Sobre todo porque en Dublín tanto las carreteras como el tráfico son un caos. Por fortuna, una vez que sales de la ciudad la cosa se vuelve mucho más fácil, pero los dublineses tienen un amor realmente enfermizo hacia los semáforos...
Lo primero, hacer acto de presencia en el hotel que teníamos asignado. Después, comer algo y hacer nuestra primera visita al centro histórico de la capital. Dublín es grande y no se ve en una tarde, pero comenzamos por algunos imprescindibles: St. Christ Church, el parque de St. Stephen's Green y, por supuesto, la Catedral de San Patricio, que es realmente impresionante, pero que no pudimos ver por dentro porque ya estaba cerrada (allí cierran bastante pronto, tenedlo en cuenta por si vais por allí).
Como ya habían sido suficientes emociones por un día y tampoco nos daba tiempo a mucho más, volvimos al hotel a descansar. Al día siguiente nos esperaba una auténtica aventura ¡No os la perdáis! De momento, disfrutad de las fotos de la jornada.
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¡El viaje está a punto de comenzar! |
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Nuestra primera habitación |
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En St. Patrick |
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En St. Stephen's Green |
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St. Christ Church |
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Frente a St. Patrick |
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Una de las estatuas de Dt. Stephen's Green |
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La mole de la catedral de St. Patrick |
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Posando en St. Stephen's Green |
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