Las tormentas de verano
Es posible que alguna vez te haya pillado en verano uno de esos chaparrones en los que de repente el cielo se pone negro, cae un montón de agua con fuerza y poco después todo se ha terminado. ¿Por qué se comportan así las tormentas de verano? ¿Qué tienen de especial?
Para empezar, tienes que entender que no todas las precipitaciones tienen el mismo origen. Aunque en el cole, cuando eres pequeño, te cuentan que "el agua se evapora, se condensa y luego llueve", lo cierto es que hay muchos tipos de "lluvia" porque hay muchas condiciones diferentes que pueden provocarlas.
Empecemos con una masa de aire, que, como es verano, se calienta, y bastante. El aire caliente es menos denso que el frío, y por eso sube, y si está muy caliente, sube muy rápido. Si esta masa de aire caliente topa con una de aire frío, se enfría de golpe, todo el agua que lleva se condensa, y la libera a lo bestia. Por eso las gotas caen muchas, rápido, con fuerza y un poco frías. De hecho, en las condiciones apropiadas puede incluso darse granizo. Pero aunque sean muy violentas, estas precipitaciones no duran mucho, así que si te pilla alguna sin paraguas, métete bajo techo y ten un poco de paciencia, que pasará pronto.
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