Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.
Los que seguís el blog sabéis que somos fans acérrimos de "El Libro Gordo de Petete", esa simpática enciclopedia por fascículos que tuvimos de peques, en la que un instruido y culto pingüinillo nos enseñaba un montón de cosas, ya fueran de Ciencias, Historia, Lengua, Geografía o incluso educación y buenos modales. Todo ello aderezado con juegos, historietas, pasatiempos y anécdotas curiosas.
Si algo distingue sin duda a Petete de otras publicaciones infantiles (de antes y de ahora) es que se atrevía con todo. Y si no lo creéis, como prueba os ponemos unas páginas de un fascículo que hemos conseguido hoy. Nada menos que explicando la antimateria, un concepto que ni siquiera se ve en los institutos hoy en día. Obviamente, no es un tratado de física cuántica que profundice en el tema, pero conseguía que todos nos quedáramos fascinados y con ganas de saber más ¿Y no es precisamente la curiosidad el mejor combustible para el gran viaje del conocimiento?
Ya hemos empezado a releer nuestros fascículos de El Libro Gordo de Petete. Y entre sus páginas se pueden encontrar auténticas joyas para despertar muchos valores en los más peques (y no tan peques). Estas dos historias que hoy os traemos son buen ejemplo de ello. Si ponéis el audio encendido y pulsáis donde pone "reproducir" podréis escucharlas. La primera leída por Almu y la segunda por Dani.
Estamos reivindicativos... ¡¡Queremos que vuelva PETETE!! Hoy hemos ido de compras por Madrid a una tienda que es de lo mejor para los ochenteros nostálgicos como nosotros. Y es que Galaxysaurio reúne un montón de elementos para llenarnos de recuerdos. Hay juguetes de todo tipo como legos, muñecos de goma, clicks de Playmobil, juegos de mesa, discos, pelis, revistas, cómics, pines y un largo etcétera... y entre todas esas reliquias hemos podido encontrar unos cuantos números de "El Libro Gordo de Petete", una auténtica joya para los que fuimos niños en aquella época. Nos los hemos traído para casa sin dudar y ya los estamos disfrutando. Contenidos de calidad y llenos de valores y conocimientos eran una constante semanal en sus publicaciones. Si lo comparamos con la oferta de hoy en día para los peques, nos ponemos un poco tristes por todo lo que se están perdiendo. Petete era un pingüino repleto de una inocencia única y con mucha empatía. No solo la calidad sino también la calidez de todo lo que transmitía, traspasaba la pantalla o las páginas de su Libro. Estas son algunas fotos... ¡¡qué cantidad de añoranzas!!
Estos días de frío en los que quedarse en casa es más que una opción, se hace complejo entretenerse con la televisión. Porque mirando en la parrilla televisiva la oferta, además de ser poco variada, en cuanto a contenidos de entretenimiento y con mensaje medioambiental es más bien escasa. Con un toque nostálgico, nos hemos puesto a recordar aquellos tiempos en que siendo niños, con muchísimos menos canales de los que hay ahora, podíamos pasar toda la tarde investigando, jugando, imaginando... en definitiva, soñando con convertirnos en grandes pensadores del futuro.
Quizás algunos hayáis conocido a este simpático y culto pingüino que en pocos minutos era capaz de explicarnos de forma amena y sencilla muchos descubrimientos científicos. Petete podía transmitir un montón de conceptos alimentando nuestra curiosidad. Hoy en día, los peques de la casa no tienen nada parecido a "El libro gordo de Petete"...
Con "Mofli, el último koala", las tardes de los sábados las pasábamos pegados a la pequeña pantalla saboreando su mensaje conservacionista y de lucha por la preservación del medio ambiente. Los dibujos, además de bonitos, trataban muchos asuntos de manera cercana.
Este programa concurso ideado para poner en relieve problemas medioambientales acuciantes, consistía en completar unos paneles a los que había que darles la vuelta para cambiar la realidad más pesimista en otra de un tono diametralmente opuesto. Almu incluso, junto con otros compañeros de colegio, escribió una carta a Televisión Española para poder participar. "Dale la vuelta" era un concurso diferente a todos los demás.
A través de unos dibujos animados llenos de contenido, con la serie "Érase una vez la vida", podíamos empaparnos de muchos datos y curiosidades del funcionamiento del cuerpo humano. Con un rigor exquisito y muy bien documentada, desfilaban por la pantalla personajes como los leucocitos, los virus, los glóbulos rojos, etc. Así era muy fácil entender procesos como la respiración y la digestión y aprendíamos hábitos saludables.
Con "Seabert" el problema de la explotación de los recursos naturales se ponía de relieve y nos concienciaba para evitar la extinción de muchas especies a través de sus aventuras.
También "El Capitán Planeta" luchaba activamente por el cuidado de nuestro entorno. Cada episodio, junto con una acción trepidante, lanzaba muchas consignas que ya empezaban a calar en nuestras pequeñas mentes.
Por último, aunque habría muchos más ejemplos, no podíamos dejar de mencionar a uno de los grandes precursores del mensaje conservacionista entre los peques. Con su talante bonachón y su gran sonrisa, "David el Gnomo" nos contaba cada semana alguna historia del bosque. Mucho más que una preciosidad, entrañable, bien narrada y con un encanto especial, emocionarse al volver a verla está garantizado.