Lo más grande que puede tragar una ballena azul es algo del tamaño de un pomelo. La garganta de este sociable cetáceo tiene casi el mismo diámetro que un plato pequeño. Por lo tanto el cuento de Jonás y la ballena difícilmente podría haber ocurrido a menos que Jonás
hubiera tenido el tamaño de una gamba.
Durante ocho meses al año, las ballenas azules apenas comen, pero a lo largo del verano lo hacen casi sin parar y engullen hasta tres toneladas de comida al día de krill, unos crustáceos diminutos.
Uauu!!
ResponderEliminarEsta Naturaleza cada día me sorprende más.
y ¡Aún hay más! jeje.
ResponderEliminarAlmu :)