Aunque sea una fiesta que nos pilla un poco lejos, porque se celebra sobre todo en el continente americano (Estados Unidos y Canadá), nos hacemos eco de esta tradición porque por aquí en una ocasión, paseando por los Pirineos, pudimos ver y oír a unas cuantas que asomaban entre los riscos. Una de ellas se prestó también para hacerle esta foto:
Cuando antes no existían los satélites meteorológicos para predecir con cierta fiabilidad el tiempo, los granjeros americanos se basaban en el comportamiento de estos animales para estimar cuándo podía acabar el invierno. Según la creencia, si la marmota cuando sale de su madriguera el 2 de febrero no ve su sombra por ser un día nublado, dejará la madriguera y eso significa que el invierno terminará pronto. Si por el contrario se trata de un día soleado y puede ver su sombra y se mete de nuevo en su madriguera, eso quiere decir que el invierno se prolongará durante unas cuantas semanas más.
Parece ser que el origen de esta costumbre está en antiguas tradiciones irlandesas y también en las colonias de alemanes que llegaron a Estados Unidos y tenían un hábito similar de observar el comportamiento de los tejones.
En nuestro país tenemos por "métodos alternativos" de consulta del tiempo a las témporas, las cabañuelas o incluso con el famoso calendario Zaragozano. En cualquier caso, como el clima parece que últimamente se presta poco para poderlo determinar de manera muy precisa, lo mejor es alegrarse de poder ver marmotas.
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