De regreso del Alto Tajo

Ya estamos de vuelta con vosotros, después de pasar el sábado haciendo una ruta por el Parque Natural del Alto Tajo acompañados de gente del Geológico Minero, de la DAT Norte y otros profes de secundaria.

El día ya apuntaba maneras en cuanto a las previsiones meteorológicas nada favorables, pero con estas palabras no os llegáis a hacer verdaderamente a la idea de lo cambiante que fue en realidad. Como aquella canción de Crowded House de "Four seasons in one day", nos llovió, nos granizó, nos nevó, hizo sol y viento y todo eso con escasa diferencia de minutos. 

El punto de encuentro de comienzo de la actividad era en la plaza del pueblo de Molina de Aragón. Un grupo de 36 personas nos reunimos allí a las 10:00 para empaparnos, nunca mejor dicho, de todo lo que concierne a la geología del sitio, un enclave único para aprender "in situ" muchos conceptos que en el aula son de más difícil comprensión.

Después de juntarnos todos, como estaba al lado, nos acercamos a ver el museo comarcal de Molina de Aragón. En sus diferentes salas hay expuestas varias vitrinas dedicadas a Paleontología, Entomología, Medio Ambiente y Arqueología acompañadas de paneles explicativos que ayudan a su interpretación.

No sabíamos si más tarde íbamos a poder dedicarnos a encontrar fósiles a pie de campo, pero no importaba: el Museo de Molina de Aragón dispone de magníficas muestras donadas por y para el público en general. La exposición estaba llena de trilobites, belemnites, ammonites (incluyendo uno de tamaño gigantesco), fósiles de corales, cangrejos, réplicas de dinosaurios y sus huevos... ¡Una auténtica delicia para los amantes de la paleontología!

Como ya os hemos dicho, el museo no solo exhibe colecciones de animales fósiles. Los que estén más interesados por la arqueología tienen una sala con restos de vasijas, armas y herramientas que son una buena muestra de la labor artesanal de nuestra especie.

Acabada la visita en el museo, nuestro guía hacía uso de láminas para ilustrar sus explicaciones. En la introducción puso de relieve la importancia geológica del Alto Tajo, que ha sido motivo de que desde 2006 se crearan toda una serie de Geo-rutas. En el Parque Natural podemos encontrar terrenos pertenecientes a periodos muy diferentes, desde el Paleozoico hasta la actualidad.

En esta foto podéis ver al grupo (paraguas en mano) que examina con atención pizarras del Ordovícico, cerca de Checa, en la zona nordeste del Parque Natural, la que posee los terrenos con más antigüedad. Aquí pudimos ver y reconocer fósiles de graptolitos, unos animales marinos ya extintos que formaban pequeñas estructuras coloniales de cartílago, que luego quedaban impresas en las pizarras cuando éstas se formaban.

En este mismo lugar pudimos ver otra más de las innumerables curiosidades geológicas del Parque Natural: un fragmento de roca que parece incrustado en unos estratos finos y horizontales de origen marino. El fenómeno es conocido como una "dropstone", un fragmento de arenisca que en su momento fue transportado por un iceberg, cayó al fondo del mar y quedó cubierto por un estrato totalmente distinto a la susodicha roca. ¡Esta formación tiene tanto interés que hubo que rodear el sitio con una reja metálica para evitar su expolio! Podéis encontrar una foto en nuestro particular "álbum de fotos" en forma de "slideshow" hacia el final de esta entrada.

Los distintos enclaves que visitamos estaban algo dispersos en el mapa. Desde Molina de Aragón nos fuimos a Checa, y desde allí a Chequilla. En la foto podéis ver "el magnífico tiempo" del que disfrutamos durante algunos momentos de la mañana.

Camino de Chequilla visitamos una zona acondicionada con pasarelas, donde nos explicaron el modelado del relieve sufrido por las rocas, que esta vez eran calizas en lugar de pizarras. Porque aparte de diversidad de antigüedades, el Alto Tajo cuenta con muchos tipos de litología diferentes. 

Las rocas calizas siempre se prestan a formar estructuras de lo más curiosas, como superficies almohadilladas o pequeñas cuevas, fruto de la disolución por parte del agua de escorrentía o de infiltración. Es el fenómeno conocido como karstificación.

En la zona próxima a Chequilla pudimos ver un ejemplo magnífico sobre la formación de tobas calcáreas: el agua, que lleva iones de calcio y dióxido de carbono disuelto, resbala por la pared de piedra y precipita carbonato cálcico en una reacción favorecida por la fotosíntesis natural del musgo. De esta manera, en algunos puntos podía verse cómo el musgo iba quedando poco a poco cubierto por capas de piedra caliza, que, con el tiempo, terminaba "petrificando" a la planta.

Ahora nos dirigimos a otro punto, éste más cercano al propio pueblo de Chequilla. En este paraje pueden encontrarse formaciones realmente singulares, en las que se aprecian con claridad la alternancia de estratos de conglomerados y de areniscas, correspondientes a distintos estados evolutivos de un río. Cuando antiguamente el río contaba con mucha potencia de arrastre, se depositaban capas de gruesos conglomerados y a medida que el agua con el paso del tiempo iba perdiendo energía, las capas se formaban con materiales más finos. ¡Frente a estas imponentes rocas podíamos imaginarnos este proceso con todo detalle!

Y para que veáis que no solo nos hizo mal tiempo, aquí tenéis una panorámica tomada desde el coche una vez salimos de Chequilla.

Os dejamos ahora con una muestra del resto de las fotos del día. Podía haber dado para más, pero el tiempo nada apacible y un largo viaje de regreso hicieron que nos tuviéramos que marchar antes de lo esperado. Así que anotamos en la agenda regresar al Alto Tajo una vez más y añadir otra entrada contando muchas más cosas.