Llega otra entrega con más actividades para poner en práctica en plena Naturaleza. La anterior fue sobre dinámicas de animación y esta vez la vamos a dedicar a juegos para mantener entretenidos a los chavales durante los desplazamientos que se realizan en autobús. También en este caso la temática abarcará cosas que guarden relación con el conocimiento del entorno, los animales, las plantas y otros conceptos similares.
JUEGOS EN EL AUTOBÚS
Como a veces los trayectos en autobús con chavales antes de llegar al lugar de destino pueden resultarles aburridos o algo pesados, si el educador/monitor ve que el grupo no mantiene el orden debido o puede llegar a molestar al conductor o incluso algunos se marean, lo mejor que se puede hacer entonces es intentar que estén entretenidos con algún sencillo juego que se pueda poner en práctica.
Hay que tener en cuenta que dentro del autobús la movilidad no es tanta como poder realizar juegos en un rincón al aire libre; pero aun así hay muchas posibilidades para que el viaje parezca algo más corto y a la vez aprendan sobre Naturaleza y también que se lo pasen bien. Lo mejor es dar protagonismo a nuestra voz.
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Objetivos
Mantener el orden en el autobús. Fomentar la participación. Pasar un rato divertido hasta llegar al destino. Favorecer la memoria para recordar la letra de una canción. Aprendizaje participativo de forma sutil de conceptos relacionados con la Naturaleza. Conocer un poco más sobre cómo son algunos animales y/o plantas y cómo se debe actuar en el campo. Desarrollo psicomotriz en un espacio reducido a través de la interpretación gestual. Homenaje a los Payasos de la Tele.
Número de participantes
El número de niños o personas que puedan desplazarse en un autobús convencional. La edad aconsejable es de 5 años en adelante, aunque si son más pequeños también se pueden aprender fácilmente la letra. Con gente adulta puede resultar gracioso si deciden participar.
Antes de empezar a jugar
En estos juegos se trata de que los chavales no den mucha guerra mientras viajamos con ellos-as. Para ponerlo en práctica hay que inventar la letra de una canción que no sea muy difícil de recordar. Si utilizamos una melodía fácilmente reconocible se les quedará mejor. Incluir animales para que se los puedan aprender, es una buena forma de asimilar conceptos que de otra manera les puede resultar más aburrido. Si el educador es capaz de improvisar y gastar bromas con los chavales, se van a divertir mucho. Hay que intentar no hacer mucho ruido que pueda distraer al conductor, aunque a lo mejor también se entretiene e incluso le gusta la idea.
Desarrollo del juego
Para este juego hemos inventado la letra de esta canción que ponemos a continuación, haciendo una versión que tiene como melodía de fondo la famosa canción de los Payasos de la Tele "En el auto de Papá". Se trata de que el educador/monitor comience a cantarla con la ayuda de un micrófono o a viva voz y que los chavales la vayan repitiendo, hasta que finalmente consigan aprenderla. Si lo hacen bien, podemos hacer que una fila del autobús diga una estrofa y el otro lado le conteste y así sucesivamente. Se pueden escoger canciones varias además de ésta para adaptar la letra a la versión "animalada".
CANCIÓN DE LOS GRANDES VIAJEROS ANIMALADOS
En un superautocar
vamos hoy a disfrutar
Por el campo a pasear
y después a merendar
Veo un carbonero, Pípípí
Y un milano negro, Pípípí
Y ahora una avutarda, Pípípí
A menos de una yarda
(Exclamación y agachando las cabezas todos)
¡ATENCIÓN: Una garza en vuelo rasante!
Explorar es un placer
que nos suele suceder
cuando vamos de excursión
aprendemos un montón
Veo un cervatillo, Pípípí
Y ahora un herrerillo, Pípípí
Canta que te canta, Pípípí
La ranita salta
(Exclamación, con mirada de miedo)
¡ANDA, NOS PERSIGUE UN JABALÍ!
Si nos llueve me da igual
llevo un poncho que es genial
Y si hace mucho calor
gorra y agua es lo mejor
Veo un aguilucho, Pípípí
que me mola mucho, Pípípí
En el lago hay patos, Pípípí
Y algunos jabatos
(Exclamación, con la mano sujetándose la oreja)
TOC-TOC-TOC, ¡POR AHÍ SUENA UN CARPINTERO!
A casa nos vamos ya
La mochila a reventar
Lo hemos pasado tan bien
¡¡TODOS QUEREMOS VOLVER!!
Hemos hecho juegos, Pípípí
Te los cuento luego, Pípípí
Hemos visto cosas, Pípípí
¡¡SUPERFABULOSAS!!
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Otras opciones para hacer más exclamaciones de sorpresa:
(Exclamaciones entre varias posibilidades)
¡¡SOPLA EL VIENTO POR LA DERECHA!! (agitar las cabezas a ese lado)
¡¡EN LAS RAMAS UN AUTILLO!! (gesto de mirar con prismáticos)
¡¡SACAMOS UNA FOTO A UN TOPO!! (todos con la cámara en la mano)
Y si quieres escuchar cómo la cantamos nosotros,
solamente tienes que darle al PLAY >
Algunas recomendaciones
Después del viaje y ya en nuestro destino, podemos volver a cantar la canción siempre que nos lo pidan los peques. Igualmente, podemos utilizar este recurso para seguir contándoles cosas sobre los animales que aparecen en la letra, explicándoles más a fondo muchas curiosidades sobre su modo de vida, cómo son, de qué se alimentan, etc. Si además los chavales colaboran y les gusta la idea, podemos sugerirles que participen activamente creando ellos-as alguna estrofa más para añadir.
La llamada de lo salvaje
Objetivos
Distracción de los participantes. Evitar el aburrimiento de los chavales en el autobús. Expresión verbal. Esparcimiento comedido. Fomentar la facilidad de improvisación. Conocer algo más sobre animales y/o plantas. Repasar conceptos aprendidos en días anteriores. Hablar de la contaminación acústica.
Número de participantes
Todos los chavales que puedan sentarse en los asientos de un autobús. Pueden participar niños de 7 años en adelante.
Antes de empezar a jugar
Hay que disponer de un micrófono de pilas, como los que venden para niños pequeños (véase este modelo de ejemplo). No se puede usar el que lleva el autobús incorporado, ya que podría ser peligroso si el conductor se distrae. El educador/monitor es el que se mueve con mucho cuidado por la pasarela central del autobús para que los chavales puedan intervenir con el micrófono, los niños permanecen bien sentados en su asiento y sujetos en todo momento con el cinturón de seguridad. También el monitor deberá tener una cinta de cassette virgen para que se puedan grabar las voces o sonidos que produzcan los niños. Intentar controlar el tiempo que cada uno puede disponer del micrófono es fundamental. Tampoco podrán decir barbaridades ni palabras malsonantes u ofensivas. Evitar que no suban demasiado el volumen mientras graban su voz también es más que aconsejable.
Desarrollo del juego
El educador comienza interviniendo con el micrófono en la mano contando una historia relacionada con el bosque que van a visitar y conocer a continuación. Para que los niños estén lo más atentos posible al relato, introducirá en el cuento elementos de risa, o bien de miedo, o bien que les llamen bastante la atención. Después formula una pregunta cualquiera que tenga relación con lo que ha contado y aquel chaval que sepa responder podrá disponer del micrófono durante un ratito. Cuando tenga el micrófono deberá continuar la historia, que se irá grabando en la cinta. Puede incluir en ella la imitación del sonido de un animal o algún dato que haya aprendido en los días que pueda durar la actividad. Cuando pase un tiempo el monitor pasa el micrófono al resto de los niños/as y todos irán expresándose y dejando inmortalizada su voz en forma de un chiste, un sonido peculiar y otras ocurrencias que suelen surgir siempre con los chavales. Cuando todo el grupo haya dejado registrada su voz, con la colaboración del conductor, siempre y cuando esté de acuerdo y disponga de un reproductor adecuado para el formato de las antiguas cintas de cassette, el educador pone la grabación y los chavales deberán escuchar lo que ha dicho cada uno. El momento de risas continuas está garantizado.
Algunas recomendaciones
Mientras se graban los sonidos, para que los niños que no están participando con el micrófono no se aburran, se les dice que vayan pensando lo que quieren decir. Incluso el educador puede lanzar una propuesta colectiva en forma de pregunta para que todo el grupo menos el que cuenta con el micrófono se ponga a pensar y así que estén distraídos resolviéndola hasta que les llegue su turno. Hablar de la contaminación acústica puede ser también aconsejable; es fundamental que los chavales se conciencien de que el ruido es un molesto "residuo" que puede llegar a ser perjudicial para la salud, si se sobrepasa el nivel sonoro que nuestros oídos pueden soportar. Además de hablarles de esto, con lo que hayan dejado grabado en la cinta sobre los animales, plantas, etc., se les pueden explicar muchas cosas cuando abandonen el autobús y estén inmersos en la actividad.
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