Con las Navidades es tiempo de disfrutar de juegos de mesa. Hoy os proponemos dos que podéis hacer vosotros mismos y que tienen como hilo conductor elementos de la Naturaleza.
El primero se conoce con el nombre de "Hive" o lo que es lo mismo "La colmena". En este juego participan dos jugadores con 11 fichas cada uno: una reina, tres hormigas, tres saltamontes, dos escarabajos y dos arañas. La reglas son muy sencillas y pueden jugar niños y niñas de nueve años en adelante y les ayudará a ejercitar su mente, como el ajedrez. Para fabricar las fichas basta con imprimir éstas que os mostramos a continuación sobre un trozo de cartón duro o algo similar y recortarlas. No se juega con tablero, solamente con las piezas hexagonales.
Aquí veis terminadas nuestras fichas de Hive. No hemos tardado nada en hacerlas.
En una colmena cada insecto ha nacido para
cumplir una única función y solo está dotado con las habilidades imprescindibles
para llevarla a cabo. Del resto de tareas necesarias para el mantenimiento del
enjambre, que son muchas, jamás tendrá que preocuparse, de eso se encargarán
otros. Las únicas cosas realmente importantes son el grupo, que funciona como un
engranaje, y, por supuesto, La Reina, de la que depende la supervivencia de la
colmena. Así ha sido siempre. Un individuo solo abandonará su cometido si fuera
necesario defender a su reina y en Hive lo es. Tu enjambre ha entrado en
contacto con otro y tendrás que luchar por tu colmena. No hay tiempo que perder,
tendrás que manejar a tus insectos, aprovechando las características especiales
de cada uno, para defender a tu reina y ganar el tiempo necesario para rodear y
hacer caer a la del rival.
Es un juego abstracto para dos
jugadores inspirado libremente en el
ajedrez. Y como en él, cada jugador controlará las fichas de un color (blanco o
negro) y éstas representarán su peculiar ejército, donde cambiarás a los
clásicos peones, torres, caballos, alfiles, reina y rey por hormigas,
arañas, saltamontes, escarabajos y una ágil aunque
extremadamente vulnerable reina. Y, como en el ajedrez, cada figura
tendrá unas reglas de movimiento diferente y ganará aquel que haga caer la ficha
más importante del rival, aquí la reina.
Lo que hace a Hive un juego diferente y
original es que no hay tablero. Éste lo irán conformando las propias fichas
que cada jugador irá desplegando desde su reserva. Mientras que en el ajedrez, cada
pieza siempre empieza en el mismo lugar y cada ejército en un extremo del
tablero, aquí ambos bandos comienzan el enfrentamiento en contacto desde el
turno 1 y cada jugador irá haciendo entrar en juego a sus insectos en el orden
que crea más conveniente, según se haya desarrollado la partida hasta el
momento. Todo esto hace de Hive un juego muy reactivo, con muchas posibilidades
y de partidas ágiles y entretenidas desde el comienzo. Por supuesto no tiene la profundidad
estratégica del ajedrez, pero tampoco lo pretende. Cada partida dura solo unos
20 minutos en los que prima desde el principio la creatividad y capacidad de
anticipación de cada jugador.
Reglas de juego
Cada jugador empieza con una reserva de 11
piezas hexagonales de un color (blanco o negro), cada una de las cuales
representa un insecto. En total serán 3 hormigas, 3 saltamontes, 2 escarabajos,
2 arañas y una reina. En el primer turno cada jugador colocará una de sus
piezas, la que quiera, en el centro del tablero, en contacto con la de su
oponente. Y por turnos podrá hacer una de dos acciones posibles: poner en
juego una nueva pieza o mover una colocada anteriormente. Por
supuesto, existen algunas restricciones: la reina ha de ser puesta en juego en
los cuatro primeros turnos y un jugador no podrá mover ninguna pieza hasta que
su reina esté en la colmena.
Ganará aquel que logre rodear completamente
a la reina rival, sin importar el color de las piezas que la rodeen. Para
ello tendrá que parar el ataque de su oponente el tiempo suficiente para
conseguirlo, sirviéndose de algunas simples reglas.
Solo podrás desplegar piezas en contacto con
piezas propias. Y todas las fichas tendrán que estar en contacto entre sí,
formando una única colmena. Es decir, solo podrás mover fichas que al ser
movidas no dividan el tablero en dos. Lo que hace que existan piezas que estén
libres, habitualmente las que están en las zonas exteriores del tablero, y otras
que estén bloqueadas. Esto es muy importante y deberás utilizarlo en tu
beneficio, intentando mantener tus piezas clave libres alrededor de la colmena y
bloqueando piezas del rival, inutilizándolas al menos temporalmente.
Reglas de movimiento
La Reina:
Solo podrá mover un espacio por
turno.
El Escarabajo: Solo
podrá mover un espacio por turno, con la particularidad de poder moverse por
encima de la colmena, anulando a cualquier pieza sobre la que se encuentre.
El Saltamontes: El saltamontes no se
mueve alrededor de la colmena. Sino que saltará cualquier número de piezas hasta
encontrar una nueva posición en la que caer. El saltamontes no salta por encima
de huecos.
La Araña: Mueve exactamente tres
espacios por turno. Ni uno más ni uno menos.
La Hormiga: Puede mover alrededor de la
colmena a cualquier nueva posición.
Jugando a Hive
Lo primero que hay que destacar es que es un
juego extremadamente adictivo.
En Hive no hay dos partidas iguales. La
cantidad de posibilidades que permiten los distintos despliegues y
configuraciones de tablero después de pocos turnos es casi infinita. En cada
enfrentamiento se darán nuevas situaciones a las que tendrás que encontrar la
mejor solución, valiéndote de las piezas que queden en tu reserva, los insectos
que estén ya en la colmena y tu experiencia de anteriores partidas. Todo esto lo
consigue con unas reglas simples que permiten infinidad de interacciones en el
tablero pero sin que el juego resulte complejo por ello, más bien al contrario,
es muy intuitivo.
Una vez terminado se colorea y en cada color se escribe una pregunta y la respuesta por detrás. En este caso, como queremos que les sirva para que aprendan muchas cosas sobre Naturaleza, las preguntas tendrán que ver con esto, pero se pueden inventar tantas como queramos y sobre los temas que más nos gusten.
Así nos ha quedado:
Con el comecocos en la mano hay otro jugador que piensa un número y el que tiene el comecocos lo acciona tantas veces como sea ese número. Después tiene que elegir uno de los cuatro colores que salen y ahí es donde podemos escribir las preguntas y por detrás las respuestas que tengan que ver con el medio ambiente.
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