Los que crecimos con series como "Érase una vez el cuerpo humano" echamos de menos la calidad que tenían dibujos como los de antes. No solo eran entretenidos, sino que eran inteligentes, y podían disfrutarse a muchos niveles. Cuando eras más canijo, te parecían divertidas las aventuras que contaban (y de paso algunas cosas se te quedaban) pero es cuando volvemos a verlos, ya de profes, nos damos cuenta del inmenso trabajo de asesoría científica que tenían detrás y la multitud de detalles sobre el metabolismo celular que estaban allí, delante de nuestros ojos. Aquí os dejamos con el capítulo dedicado a la vacunación, para evitar que a los peques se le metan estupideces en la cabeza cuando tengan ya cierta edad.
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