Desde este nuevo blog podréis conocer muchas cosas relacionadas con el Medio Ambiente: cómo caminar por la montaña, rutas de senderismo, curiosidades de flora y fauna, experiencias y anécdotas vividas... y un sinfín de ideas útiles que nos brinda cada día nuestra Naturaleza.
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lunes, 17 de marzo de 2014

El porqué de Biología - III -

   Mucho por contar, más experiencias filobiológicas...                 
 
 
Con esta última entrada sobre el porqué decidimos hacer la carrera universitaria de Biología queremos resaltar que, aunque no se haya estudiado esta opción, siempre puede llamar la atención y gustarnos el mundo vivo de lo natural, el medio ambiente o los animales. Hay gente que por diversos motivos no puede o no elige finalmente el camino de hacer unos estudios relacionados con esto, pero que luego lo vive intensamente desde la afición. Esa gente muchas veces autodidacta, es de las que luego sabe un montón y da gusto ir con ellos/as porque se han hecho a sí mismos en sus inquietudes y aprendizaje.
 
Nosotros escogimos este recorrido porque nos entusiasma la Naturaleza en todas sus facetas, porque dando valor a lo cotidiano nos apasiona tanto lo común como lo inusual de su despliegue. Igual de bonito es ver a un gorrión común revolcándose en un charquito de agua que ver el vuelo majestuoso de un águila imperial sobre nuestras cabezas. Desde la admiración que en nosotros despiertan todas estas cosas llegamos después al estudio. Es una carrera difícil en su primer tramo, pero cuando ya vas teniendo asignaturas que eliges relacionadas con lo que te gusta y dejas un poco atrás cosas como Bioquímica o Genética, entonces es todo mucho más llamativo para empaparse de ello. Lo que se estudia en la Facultad y lo que después aplicamos en nuestro trasiego por el campo muchas veces dista de ser parecido. En la carrera echamos en falta más salidas prácticas que nos lleven a ver la biodiversidad in situ para poner cara a plantas y/o animales que en el aula se reducen en algunos casos a una foto acompañada de un nombre científico. Pero cuando ya sales por tu cuenta y ves todo eso que te contaron con tus propios ojos y contemplas como en el bosque todo es importante, todo lo pequeño se traduce en algo grande y lo grande es brutal de por sí, entonces ya sí que el enamoramiento con la Naturaleza y el vínculo que hemos creado con ella es para siempre. 
 
Como Educadores Ambientales este mensaje está muy presente en nosotros. Algo que es fundamental para conservar lo que nos rodea es que las generaciones futuras y la actual se conciencien del valor inestimable que aporta la Naturaleza. Nadie cuestiona que las grandes obras de arte que se alojan en los museos tengan una consideración especial como parte del patrimonio, pero es que lo que alberga la Naturaleza es vida y esa vida es de un valor por sí misma único e inigualable. La Educación Ambiental vertebra todo lo que concierne a la conservación de la Naturaleza, porque si partimos de una sociedad bien concienciada y cohesionada en torno a sujetar como un pilar muy fuerte y necesario la Naturaleza, el resto de la tarea conservacionista es mucho más sencillo. Por eso decidimos ser Educadores Ambientales; además de estar en contacto con nuestro entorno, conoces a gente de todo tipo y les transmites el cariño y el interés por el medio ambiente desde la experiencia personal. Porque la Naturaleza hace de refugio en todos los sentidos.
 
Si con los golpes de la vida en algo nos hemos guarecido es en la mirada hacia lo natural y siempre que hemos sacado una gran sonrisa ha sido gracias a la Naturaleza. Estamos muy pendientes de enfocar nuestra rutina a disfrutar de ella, porque además de estudiar e investigar podemos VIVIRLA desde la magia de lo que nos cuenta. Y este cuento aún no ha terminado, pero sí llega una de esas sonrisas para acabar por hoy. 
 
 
 
 
 
 
 
LA VIDA ES UNA GRAN ESCUELA
Y UNA GRAN MAESTRA ES LA NATURALEZA
 
APRENDE DE ELLA
 
 
 




miércoles, 20 de noviembre de 2013

El porqué de Biología - II -

   Algunas experiencias filobiológicas más...                                                         
 
Decidirse a estudiar Biología finalmente fue más fácil de lo que pensé, pero nunca me imaginé del todo lo diferente que es la vida del universitario a la de una estudiante de un instituto. Si quise seguir este camino, además de por lo que ya os conté en su momento, fue también por un planteamiento de concebir mis metas profesionales con un estilo de vida lleno de Naturaleza, apostando por lo que me gustaba y me gusta y también entusiasma aún a día de hoy con la misma intensidad que en otros tiempos.
 
No tiene nada que ver con ninguna actitud determinada ni de ecologismo ni de otras corrientes, aunque intento en mi rutina no ser muy dañina para el medio ambiente. Es más bien un sentir de ver lo que me rodea con un instinto de curiosidad y de protección, de no querer hacer daño ni siquiera a una mosca y echarla con aspavientos para que se vaya de casa, intentando que se busque una mejor compañía (broma). Este ejemplo, aunque parezca un poco exagerado, llega del querer conservar todo aquello que nos rodea lo máximo que sea posible. Porque igual de necesaria es una mosca que lo es una beluga o cualquier otro animal. A veces resulta complicado entrar en la dinámica de qué es lo que protegemos, qué es lo que investigamos o cuál es el modelo ideal de convivencia entre diferentes especies. Ahí es donde juega un papel crucial otra variable y es cuál es el posicionamiento del hombre como otro animal. Si fuésemos animales sin más no entraríamos en la espiral aniquiladora que parece, y digo parece, porque nunca hay que generalizar, que es por la que sigue el hombre, porque últimamente se ve con  más frecuencia cómo actúa el ser humano en contra de la natura. Decidí estudiar Biología para poder transmitir con toda esa cercanía e incluso cariño a otras personas lo bonita que es la Naturaleza, todo lo que nos aporta, lo brutalmente llena de sabiduría que está y lo poco que nos acordamos de ella. 
 
 
Y en ese camino estoy, estamos todavía, mostrando desde este blog la belleza de esa madre que nos quiere y nos cuida, aunque a veces no la correspondamos de igual manera y nos estemos despreocupando mucho de ella. Seguir siendo Educadores Ambientales es otra forma de llegar a tocar la fibra de la gente y hacerles pensar que tienen un papel protagonista en su parcela de vida cuidando del medio ambiente, porque esa parcela es única. Biología fue la puerta que se abrió para llegar a ser lo que somos hoy en día; siendo también maestros, el trato con chavales  y personas de todas las edades nos aporta una dosis extra de vitalidad y energía para querer continuar con esta labor, que, aunque a veces resulte complicada, los frutos que nos da nos llenan de ganas de permanecer por mucho tiempo dedicados a ello.
 
 
CONTINUARÁ...