A la hora de ir al campo por la noche para poder ver fauna nocturna hay que tener varias cosas en cuenta, no se debe de hacer sin planificar y mucho menos sin conocer el sitio y lo que nos podemos encontrar. Nunca hay que hacerlo en soledad, siempre se debe de ir en grupo, aunque de manera sigilosa y avanzando todos juntos a la vez sin que se descuelgue nadie. Más que nada por si pudiera haber imprevistos tanto en el tiempo atmosférico como en otras circunstancias, la capacidad de reaccionar en soledad es menor. Siempre hay que ir bien abrigados, porque incluso en verano el contraste térmico de la noche al día puede ser significativo.
Llevaremos linterna o frontal, pero no hay que tenerlo encendido todo el rato porque debemos acomodar nuestros ojos a la visibilidad de la noche y así no molestaremos a animales que puedan aparecer. Si hay luna llena llevaremos el frontal casi todo el tiempo apagado porque suelen ser noches de mucha luz ambiental, ya que la luna ilumina bastante por sí sola. No hay que tener miedo, aunque a veces los acompañantes del grupo nos gasten bromas, y tampoco hay que salir corriendo en caso de peligro, porque es posible tropezarse y torcerse un tobillo (cuando menos) o perderse y desconectarse del grupo. Lo mejor es avanzar hasta un enclave conocido con puntos de referencia y allí sentarse y esperar el tiempo que haga falta. Hay que ser pacientes y no solo prestar atención con los ojos, también el despliegue de sonidos por la noche es magistralmente poderoso. Si aparece algún animal no hay que asustarlo, ni con cámaras de fotos ni con la linterna incidiendo sobre él directamente.
Nosotros hemos hecho algunas esperas y merece la pena, en esta foto veis a Almu en el Parque Nacional de Cabañeros a la espera de poder ver ginetas, jabalíes, corzos o autillos.
Buenos lugares para hacer esperas nocturnas son las cercanías de estanques, lagunas o ríos, porque los animales van allí a por agua para beber.
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