- Experiencias de Biología -
Cuando decidimos orientar nuestros gustos a nuestro panorama o futuro profesional parece a veces bastante complicado hacer una elección en concreto. Muchos andamos desorientados sin saber qué será mejor, si algo con proyección, estable y con buena remuneración, u optar por estudiar aquello con lo que siempre has soñado o convivido con esa idea sin tener esos privilegios de carreras más a priori demandadas. Pues bien, os voy a contar el porqué de mi decisión: estudiar finalmente Biología con especialidad de Zoología, aunque siempre todos sabemos el famoso dicho de donde trabajan finalmente la mayoría de los biólogos.
Pensaréis quizás que mi decisión se debe únicamente a ver documentales, pero va mucho más allá. Como casi toda estudiante en plena etapa preuniversitaria a mí me gustaban desde las letras a las ciencias y muchos profesores me decían que podía hacer perfectamente cualquiera de las dos opciones. Entonces andaba yo con la cabeza en Periodismo o Filología o alguna ingeniería. Pero hubo un punto de inflexión cuando una profesora pasó por mi camino, gracias a Carmen C., que me dejó maravillada con sus explicaciones, lo tuve más claro: ciencias y además quería ir por lo que ella estudió. Me contó cómo eran de duras las pruebas para acceder a ser profesora (en el visu una de las muestras era un nido y de tanto manosearlo los opositores cuando llegó a sus manos parecía un terruño) y que no es todo tan bonito como lo pintan. Eso de bonito o no lo descubres después cuando tus pies, tus ojos y tus oídos aterrizan en la Facultad finalmente. Pero yo entré pletórica en la universidad desde el primer día, luego poco a poco ves cómo son las cosas realmente.
Mi decisión no se debió exclusivamente a esa profesora que cambió radicalmente mi forma de entender la Biología y ver cuánto de bello hay en la vida, también mi padre marcó gran parte de ese rumbo, del timón que maneja mi barco y que me llevó a ser lo que hoy en día soy. Pastor, de los de ver a lobos de bien pequeño por la zona de Segovia y no arremeter contra ellos, más bien al contrario, era un hombre que viendo los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente se emocionaba e incluso le he visto cómo alguna lágrima se le escapaba.
Mi padre en la Granjilla - 1972 - |
Y por ahora esta es la primera parte de buscar ese porqué, el recuerdo de mi padre me asalta por un momento. Hasta aquí puedo leer, muy pronto mucho más por contar.
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