La educación ambiental es una inquietud y una demanda de nuestros días. Está sometida a muchos tipos de definición. Según la UNESCO (1970) es "el proceso de reconocer valores y aclarar conceptos con objeto de fomentar aptitudes y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio físico. Entraña, también, la práctica de la toma de decisiones y la propia elaboración de un código de comportamiento con respecto a cuestiones relacionadas con la calidad del medio ambiente."
La educación ambiental es necesaria: desde que apareció el hombre ha existido una interacción entre el ser humano y el medio ambiente, que en unos espacios de tiempo no perturbó el equilibrio natural. El ser humano se consideró como el "dominador", o explotador de los recursos, sin embargo en unos primeros momentos mantuvo el equilibrio porque se dio cuenta de que cualquier alteración que infringiera, tanto directa como indirectamente, a la larga recaía sobre él.
A partir de la década de los años cincuenta comenzó una expansión económica vinculada a un concreto progreso técnico y a una sobreexplotación de los recursos, y esto ha traído importantes consecuencias, y ha provocado problemas. Hay que tener en cuenta que los problemas ambientales no pueden ser vistos y valorados de igual manera por un ciudadano occidental que por uno del tercer mundo. Para unos la política de creación de zonas verdes puede ser muy beneficiosa y urgente mientras que para otros el problema básico es sobrevivir. Para los pobres es importante conservar la capacidad productiva a corto plazo y para los ricos a largo plazo. Por esto, y más, se pone de manifiesto que cualquier problema de gestión de recursos además de las dimensiones científicas y socio-económicas necesita incorporar la dimensión educativa si se quiere resolver bien.
La teoría educativa en general y en los últimos años en concreto siempre ha hecho referencia al estudio del medio en cuanto que éste es una fuente de conocimiento y formación para el niño. Estas referencias normalmente eran a la Naturaleza como recurso didáctico. En las últimas décadas ha habido un cambio profundo en relación a la percepción de las relaciones ser humano-naturaleza y se debe a la explosión demográfica humana. La conciencia de que el desarrollo económico no siempre ha supuesto beneficios para el conjunto de la humanidad, ya que en ocasiones ha desencadenado alteraciones ecológicas graves, y junto a esto la percepción de un futuro con bastantes rasgos de incertidumbre debido a la contaminación, el agotamiento de los recursos no renovables, todo ello ha provocado una toma de conciencia generalizada de que el modo de relacionar ser humano-medio es algo que hay que replantearse urgentemente. El problema ambiental está en la calle, no es solo científico. El siglo XXI nos ha anticipado que la Tierra no gira alrededor del ser humano. Ya no basta con enseñar desde la Naturaleza, ni siquiera con proporcionar información sobre el mundo, sino que hay que educar a favor del medio.
CONTINUARÁ...
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