Al día siguiente empleamos la mañana en visitar las minas de Almadén, el museo minero y el museo del mercurio. A las minas bajamos bien pertrechados con nuestros cascos de minero en un ascensor hasta unos 50 metros de profundidad, lo que equivale a unos quince pisos bajo tierra. Allí, de la mano de nuestro guía Pedro, y como si una aventura de Viaje al Centro de la Tierra se tratase, fuimos recorriendo los antiguos túneles contemplando las vetas de cinabrio, aprendiendo cómo se entibaban los pasillos y asomándonos a simas de unos cien metros más profundas. Al final salimos a la superficie montados en un tren de mineros.
Después visitamos el museo del mercurio con diversas salas dedicadas a los usos de este mineral y cómo se produce su extracción. No faltaron explicaciones sobre la importancia histórica de la mina: el mercurio de Almadén fue lo que permitió a Carlos V levantar su imperio.
Luego comimos en un restaurante llamado "El Cordobés" y tras las deliciosas viandas nos fuimos a ver la Escuela de Ingenieros de Minas, antigua Real Cárcel de Forzados del siglo XVIII.
Fue toda una experiencia, tanto por todo lo que aprendimos como por la gente que conocimos y el buen ambiente que reinó durante todo el fin de semana. A pesar del mal tiempo nos lo pasamos muy bien. Os dejamos con unas cuantas fotos más.
Uaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuu
ResponderEliminarQue chulo!!!!!!!!!!!!!!!!!
Como mola la mina, vaya experiencia que os habéis llevado
Chulísimas las fotos.
Pues sí que mola, aunque las fotos, como suele suceder no dicen nada en comparación de estar allí. GRACIAS!!!
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