El carrizo (Phragmites australis) es una gramínea perenne que puede alcanzar los cuatro metros de alto y un tallo de dos centímetros de diámetro, con una inflorescencia típica en forma de plumero al final del tallo.
Por lo general, crece en suelos húmedos, orillas de ríos y lagunas. Cuando crece en ríos, lo hace en los tramos de menor corriente, en los que la baja velocidad del agua les permite enraizar. Soporta bien niveles moderados de salinidad en el agua y en el suelo, aunque los suelos en los que crece deben estar encharcados. Tiene una distribución casi cosmopolita. No es exigente en cuanto al clima.
El carrizo es una planta con múltiples usos. Se usaron mezclados con yeso para construir techos. Con sus plumeros se fabricaban escobas que al barrer no levantaban polvo. También se usaban como motivo de decoración. Las cañas se empleaban para fabricar persianas, cercas y esteras. Los brotes tiernos hervidos en agua con sal se comían a modo de espárrago. Además, la planta se usaba como forraje. Los rizomas se han usado con fines medicinales como depurativos y para combatir la sífilis.
Curiosidades
* En el actual Irak se usa el carrizo como material de construcción del mismo modo que hace 4000 años.
* El carrizo también puede reproducirse por tallos rastreros que son capaces de enraizar en los nudos y dar nuevos tallos aéreos.
* Es una planta invasora que crece con gran facilidad, ocupando terreno y recursos. Por ese motivo, los carrizales suelen ser monoespecíficos en cuanto a flora.
* Se ha empleado para fijar terrenos inundables con alto riesgo de erosión.
* Puede cultivarse para la obtención de celulosa bajo la forma de una pasta parecida al papel.
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