Seguro que te has dado cuenta si has observado (por interés o por aburrimiento) una de esas moscas que revolotean por las mesas de las terrazas de verano. Las ves frotarse las patas como quien piensa "cómo me voy a poner". Pero no lo hacen por eso, claro. Verás, si miras con atención, te darás cuenta de que tienen un montón de pelos diminutos en las patas, y es fácil que a esos pelos se adhieran motas, pequeñas partículas de polvo o suciedad varia, y es necesario limpiar las patas de vez en cuando. Aunque no pienses que es solo cuestión de higiene: las moscas tienen el sentido del gusto al final de sus patas ¡Cuando se posan encima de ti están probando a qué sabes! Y si quieren "degustar" bien aquellas superficies en las que se detienen (para saber si son un suculento trozo de carne, deliciosa agua azucarada o simple plástico) tienen que tener las terminaciones sensitivas bien limpias ¿A que a ti no te gustaría tener la lengua llena de suciedad cuando vas a comer?
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