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viernes, 16 de diciembre de 2011

Algunas experiencias con jabalíes


A lo largo de nuestras andanzas por el campo hemos visto varias veces jabalíes.


Todos estos encuentros se resolvieron bien. A pesar de lo que la gente piensa, no son tan peligrosos como parece, pero hay que ser prudentes con ellos.

El jabalí (Sus scrofa) es un animal de hábitos principalmente crepusculares y nocturnos, pero esto no implica necesariamente que durante el día no sea posible verlos. Nosotros damos fe de esto.

En esta imagen que veis se trata de un jabalí que se acercó a beber a un pequeño charco en el monte. Tienen la costumbre de darse baños de barro para poder desprenderse de los parásitos que se adhieren a su piel. Primero se empapan bien dentro del lodo y después se rascan con cortezas de árboles y otras superficies para que, junto con el barro, se caigan todos esos bichillos que llevan incrustados.

Los baños de barro también tienen otra función: su regulación térmica, ya que los jabalíes no sudan por tener las glándulas sudoríparas atrofiadas. Igualmente los baños de barro tienen un importante papel en las relaciones sociales de la especie; parecen estar ligados a la persistencia de los olores corporales sobre un sustrato estable como es el barro pegado al pelo. Los utilizan incluso para marcar el territorio.



CONSEJOS: QUÉ HACER SI VEMOS UN JABALÍ CERCA

Hay veces que vemos jabalíes en recintos de algún Zoo o centro de Naturaleza, o en zonas cercanas a urbanizaciones, donde estos animales están acostumbrados a la presencia de las personas y se comportan casi como cerdos domésticos.

Si alguna vez tenéis ocasión de encontraros con uno de ellos en estado salvaje, ante todo pensad que lo más normal que ocurra es que el animal huya ante nuestra presencia. 

Si no es así, hay que conservar la calma. En una ocasión, paseando dentro del Parque Nacional de Cabañeros, tuvimos un encuentro con un enorme macho de colmillos bien afilados que estaba a muy poca distancia nuestra, lo teníamos justo enfrente. Lo que hicimos es permanecer quietos sin retirar la mirada para observar qué hacía y su posible reacción. El animal nos olió durante medio minuto (tienen muy desarrollado el sentido del olfato) interpretó que no éramos algo peligroso para él y se marchó. 

Pero hay que tener mucho cuidado siempre. Los jabalíes pueden ser peligrosos siempre que se les moleste, bien con actitudes poco sensatas, bien porque se trate de una hembra con sus crías o porque el animal se sienta acorralado.

El mejor consejo: son animales y como tales se comportan. Aunque llaman mucho la atención, esto hay que tenerlo muy presente, sus instintos y comportamientos pueden ser muy variados e inesperados. 







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