Mañana daremos la bienvenida al otoño, época por excelencia de bonitas estampas bajo un estallido de todos los colores. Época en la que muchas aves estivales migran hacia otros destino, más adelante llegarán las invernantes. Los ciervos se muestran muy activos durante la berrea y los campos se van cubriendo de un manto de hojas. Setas de todo tipo acompañan en los días de sol ocasional después de algunas lluvias.
Queríamos hacerle nuestro homenaje a esta estación que invita al recogimiento y la melancolía. Y nos ha encantado este poema de Juan Ramón Jiménez.
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
* Juan Ramón Jiménez *
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