Materiales
- Azúcar en polvo
- Un vaso grande
- Un cazo de porcelana
- Cuerda de algodón
- Un lápiz
- Dos clips de sujetar papeles
- Una cuchara
Paso a paso
Llena de agua el vaso, pero sin llegar a los bordes, y échala en el cazo para calentarla. Cuando el agua esté a punto de hervir, vierte el azúcar en el cazo, poco a poco, sin parar de remover con una cuchara. Debes poner bastante azúcar; la proporción es de unos 250g de azúcar por 2/3 de un vaso grande de agua.
Vuelca la solución de azúcar caliente en el vaso de cristal, y coloca encima un lápiz, en cuyo centro habrás atado una cuerdecita de algodón. Sumerge el otro extremo de la cuerda en el vaso, sujeta un clip para que ésta se hunda.
Coloca el vaso en un lugar protegido y templado. Tres o cuatro días después descubrirás unos preciosos cristales de azúcar. La cristalización de azúcar se ha conseguido por la evaporación de agua, pero este proceso es un poco lento por la densidad de la solución. Podemos acelerarlo colocando nuestro vaso cerca de una fuente de calor, como un radiador encendido.
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