¿Te ha pasado alguna vez que has tenido apetito entre horas y has querido picotear algo para "matar el gusanillo? Esta expresión tiene, según los lingüistas, dos orígenes posibles.
El primero hace referencia a la comparación popular que atribuía a un figurado gusano el cosquilleo que sentimos en el estómago cuando tenemos hambre. Al comer algo, ese cosquilleo desaparece, por lo que habríamos "matado el gusanillo".
El segundo posible origen se atribuye nada más y nada menos que a Louis Pasteur, que creía que en la saliva de las personas habitaba un pequeño parásito similar a un diminuto gusano, que moría cuando al comer era arrastrado al estómago junto con el resto de los alimentos.
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