James Lovelock es un científico autor de una teoría que para algunos resulta evidente, y para otros chocante o innovadora: que la Tierra se comporta como un gigantesco ser vivo, un sistema que se autorregula de tal forma que tiende a mantener unas condiciones físicas y químicas compatibles con la vida. Él denominó a este marco conceptual "Hipótesis Gaia", y sobre esta idea desarrolla el libro que os recomendamos hoy.
Si la Tierra se comporta como un enorme ser vivo, nosotros bien podríamos ser bacterias que viven sobre ella, y parece que nos estamos comportando como unas especies algo fastidiosas. Del mismo modo que, en nuestro organismo, la fiebre es un medio de combatir con patógenos molestos, bien pudiera suceder que el calentamiento global nos quite a nosotros de en medio. Y es que el cambio climático no es un problema que vaya a acabar con la Tierra (que ya ha atravesado otros en el pasado, y bien gordos) pero seguramente sí pondría fin a nuestra presencia en el planeta, o por lo menos a la civilización como la conocemos.
James Lovelock analiza las causas que nos han llevado a la situación actual (bueno, el libro es de 2007, pero sigue teniendo vigencia), realiza predicciones para el futuro y propone medidas a tomar. Un libro sin duda interesante para acercarse al problema global que nos afecta a todos.
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