Como os comentábamos ayer, el pasado fin de semana estuvimos de viaje por La Alberca, en Salamanca, una combinación ideal de campo y turismo histórico-cultural. Porque La Alberca es posiblemente uno de los pueblos con más encanto de España, con sus calles tan llenas de magia y sabor propio que dan ganas de hacer una foto en cada rincón. Además, debido a las fechas ¡había un montón de chavales disfrazados de carnaval! Pasamos un buen rato paseando por sus recovecos de sabor medieval, comiendo en un restaurante frente a la iglesia, de aspecto modesto pero con unos platos y una atención magníficos.
Después cogimos el coche y pusimos rumbo a la Peña de Francia, que nos pillaba cerquita. Ya habíamos estado hace mucho tiempo, y nos apetecía volver a visitar el santuario en sus alturas. Unas cuantas curvitas de subida nos llevaron a un lugar con unas vistas maravillosas... de paisajes y de chovas, que sobrevolaban el lugar.
Pero la tarde se podía aprovechar más, y tuvimos tiempo a dar algunos paseos por las cercanías del pueblo, contemplando sus robles centenarios. Además de las mencionadas chovas, también pudimos ver cernícalos, carboneros, herrerillos, mirlos, lavanderas, pinzones, petirrojos, milanos, avutardas (durante el viaje en coche), e incluso una garza real que pescaba en una charca y que huyó al sentir nuestra presencia.
En resumen, fue un día y medio intenso y bien aprovechado, y animamos a todos a los que tengáis ocasión a que visitéis estos lugares. No saldréis defraudados. Os dejamos con más fotos de la jornada...
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