Este próximo sábado 24 de mayo, mientras muchos estarán cantando el alirón por la victoria de su equipo en la Champion, otros nos dedicaremos a mirar al cielo en busca de una intensa lluvia de estrellas que recibe el nombre de las Camelopardálidas.
El fenómeno tiene este singular nombre porque la lluvia tiene su radiante en la zona de la constelación de la Camelopardalis, romanización del vocablo griego para “Jirafa” (los antiguos creían a este animal africano una mezcla de camello, por su cuello largo, y leopardo, por las manchas en su piel). En general es una de las formaciones estelares menos conocidas, a pesar de que está catalogada desde el siglo XVII.
Asimismo, la lluvia de las Camelopardálidas se origina en los restos del cometa 209P LINEAR, descubierto en 2004, el cual orbita el Sol más o menos cada 5 años, alcanzando su perihelio a inicios de mayo. Esta será la primera ocasión en que la Tierra se cruce con los restos dejados por el cometa.
En el caso de la lluvia de este año, los astrónomos consideran que se tratará de una de las más abundantes de la historia, con un promedio de entre 100 y 400 meteoritos visibles por hora, aunque por momentos podría alcanzar los 1000 por hora.
En cuanto a los lugares desde donde el espectáculo podrá observarse a simple vista, los países más afortunados son Estados Unidos y Canadá, en donde las Camelopardálidas se desplegarán con todo su portento.
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