Nos gusta jugar para dar a conocer la Naturaleza y a los más peques también, así que hoy publicamos otra entrada con un par de juegos más. Son muy divertidos y seguro que a los niños/as que participen les encantan.
JUEGOS DE MOVIMIENTO
Correr, saltar, ir a la pata coja, son solamente algunas maneras para aprender cosas sobre la Naturaleza. Sí, mientras los niños/as se divierten y practican deporte pueden empaparse de algunos conceptos importantes para la conservación de la Naturaleza. A los niños/as más pequeños, que aún están aprendiendo a conocer su cuerpo, y por ejemplo, a distinguir cuál es la mano derecha y cuál la izquierda (lateralidad), les vienen muy bien actividades de movimiento que complementen el desarrollo físico con el intelectual. Todos sabemos que el juego en estas edades es imprescindible para que los/las niños/as alcancen una buena salud y un buen desarrollo. Con los peques también es necesario que jueguen a menudo porque les ayuda a sociabilizarse y, además, enseguida disminuyen su capacidad de concentración si nos limitamos a darles una clase larga y llena de explicaciones. Por eso hoy os traemos dos juegos llenos de movimiento, para que se esparzan todo lo posible y a la vez aprendan un montón de cosas sobre la Naturaleza.
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TODO ESTÁ EN EQUILIBRIO
Objetivos
Conocer el concepto de equilibrio en la Naturaleza. Efectos antrópicos sobre el medio, cómo el hombre puede alterar los ecosistemas. Dinamización del grupo. Desarrollo psicomotriz. Redes tróficas. Reflexionar sobre el peligro de extinción de algunas especies como puede ser el lince ibérico.
Número de participantes
Puede ser un grupo numeroso de niños (más de 20). Se van a formar tres equipos del mismo número de componentes. Niños/as de entre seis y doce años. También se podría adaptar a otras edades, siempre que el Educador lo considere oportuno.
Antes de empezar a jugar
El Educador Ambiental deberá escoger un lugar abierto y delimitable que servirá como terreno de juego. Marcará también el tiempo y vigilará que el juego transcurra sin incidentes. Puede preparar algunas tarjetas con tres tipos de dibujos distintos para cada equipo.
Desarrollo del juego
Se forman tres equipos del mismo número de componentes:
a. Los linces, que pueden comer a los conejos -van con una mano sobre la cabeza.
b. Los conejos, que comen a las plantas -se distinguen por llevar la mano en la cara.
c. Las plantas o incluso los hongos, que "comen" al lince (dado que el lince muerto se transformaría en abono) -con la mano en el pecho.
b. Los conejos, que comen a las plantas -se distinguen por llevar la mano en la cara.
c. Las plantas o incluso los hongos, que "comen" al lince (dado que el lince muerto se transformaría en abono) -con la mano en el pecho.
Si se hacen mucho lío con distinguir qué especie es cada uno, se pueden llevar unas tarjetitas con dibujos que se colocarán con un imperdible en la camiseta.
Se marca el área de juego con la ayuda de algún elemento como pueden ser mochilas o algunas vendas. Cuando comienza el juego se les da a los chavales la siguiente norma: cada individuo agarrado (vale solo coger por la ropa al contrario, no hay que forcejear con él) pasa a ser de la especie que lo cogió, cambiando por consiguiente la posición de la mano (cabeza, cara o pecho). De esta manera irá oscilando el número de miembros de cada especie, aunque se tenderá a un estado de equilibrio: si hay muchos linces, habrá más comida para las plantas o los hongos; si hay pocos conejos, éstos competirán menos por las plantas, etcétera. Pasado un tiempo se puede introducir un nuevo jugador: el hombre, al que no se puede cazar, pero puede capturar (convirtiéndolos también en hombres) a cualquiera de los personajes. En poco tiempo, todos se habrán convertido en seres humanos.
Algunas recomendaciones
Una vez concluido el juego, es muy conveniente explicar a los chavales cómo los ecosistemas logran mantener su equilibrio. Cómo es necesario que haya depredadores en el medio para que se puedan sostener estos ecosistemas. Igualmente se les puede hablar sobre los problemas de conservación de algunas especies, en este caso el lince ibérico. Si son niños/as algo mayores incluso se podría plantear algún debate sobre este tema: soluciones que se les ocurran para mejorar el estado de conservación del lince ibérico.
Objetivos
Clasificación de algunos animales que viven adaptados al medio marino. Aprender las características de los anfibios. Desarrollo psicomotriz. Dinamización del grupo. Tipos de respiración en los animales. Cómo consiguen pescar algunas aves. Distintos tipos de picos en las aves según la alimentación.
Número de participantes
Un grupo dividido en dos subgrupos. Cada subgrupo debe constar de unos 15 participantes. Para niños/as de seis años en adelante. Es adaptable a otras edades, si el Educador lo considera oportuno.
Antes de empezar a jugar
El Educador Ambiental elegirá un entorno libre de obstáculos para correr. Igualmente delimitará la zona donde se desarrollará el juego. Controlará el tiempo y que no haya incidentes.
Desarrollo del juego
Hay que dividir al gran grupo en dos bandos: uno serán los peces y el otro las gaviotas (también se les puede llamar submarinistas, nutrias...). La zona de juego delimitada va a ser el mar. El Educador pondrá algún elemento para destacar por dónde se juega. Dentro del mar estarán los peces. Las gaviotas (en un máximo de tres cada vez) pueden entrar a cogerlos, tocándolos. Pero las que entran lo tienen que hacer gritando el sonido “¡Aaaaaaaaaaa...!” sin parar. Si se quedan sin aire, tienen que volver a la playa antes de que se les acabe, pues en ese caso se ahogarían y pasarían a ser peces. También, cuando cogen un pez, tienen que llevarlo fuera del mar antes de que se queden sin aire. Los peces capturados pasan a ser gaviotas, y las gaviotas ahogadas, peces. El juego termina cuando todos estén en el mismo bando. El Educador será el capitán para que les vaya dando el orden de entrada en el mar a cada gaviota.
Algunas recomendaciones
Una vez finalizado el juego, con todos los participantes sentados en círculo, se les puede contar muchas cosas increíbles sobre la capacidad de algunos animales para poder respirar bajo el agua. Para que los más peques sepan distinguir cuáles son los animales anfibios, se les puede encargar a los mayores que preparen alguna pequeña charla sobre estos animales.
¡¡ Y volando ya
nos vamos !!
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