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domingo, 18 de diciembre de 2016

Especial Navidad: Cuadernos de botánica




Siendo las fechas que son, la elección del musgo para un "Cuaderno de botánica" se comprende bien. 
Sin embargo, debemos hacer antes algunas aclaraciones sobre el tema antes de empezar a hablar de sus propiedades, muchas más de las que seguramente nos imaginamos.

No hay una planta llamada "musgo". En realidad es todo un grupo de plantas, llamadas técnicamente "briófitas", formadas por organismos vegetales carentes de tallos, raíces u hojas auténticas. Tampoco poseen vasos conductores, lo que les impide alcanzar la talla de las plantas superiores. Solamente en la Comunidad Autónoma de Murcia, en la Península Ibérica, hay unas 200 especies.

Los musgos crecen a menudo formando tupidas alfombras en los suelos de muchos montes. Estos tapices ayudan a retener el agua de las lluvias como si fueran una esponja, protegen los suelos de la erosión, favorecen la formación del suelo para que luego se asienten otras especies vegetales, absorben contaminantes de la atmósfera, colonizan suelos vírgenes, aumentan la disponibilidad de nitrógeno del suelo y actúan como un microhábitat para muchas especies animales y microbianas del suelo.

Pero por si todo esto fuera poco, los musgos también tienen usos medicinales. Se emplean en la fabricación de muchos ungüentos y aceites, tratamientos de enfermedades de tipo metabólico y estudios sobre trastornos de tipo tumoral. Además, hay especies con propiedades antiinflamatorias, contra quemaduras, eccemas, jaquecas y otras molestias.

Así que ya veis: los musgos son muy útiles allí donde están. ¡Para los belenes, el musgo artificial queda igual de bonito!






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