¿Es lo mismo un vidrio que un cristal?
A nivel familiar, hablando entre amigos, puede que sí, pero cuando ya hablamos con más precisión, sobre todo en el ámbito de la Geología, un vidrio y un cristal son cosas diametralmente distintas ¡No se te ocurra confundirlas!
Verás, en Geología, uno de los requisitos para considerar que una determinada sustancia es un mineral es que posea una estructura cristalina, esto es, que sus átomos estén ordenados según determinados patrones geométricos. Pueden ser cubos, como en el caso del diamante o de la sal común, o hexágonos como en el grafito... De hecho, existen siete sistemas cristalinos básicos según los cuales se puede ordenar la materia mineral.
Esto es un cristal de sal, con todos sus átomos colocaditos |
El hecho de que los átomos estén ordenados así en un cristal lleva asociadas unas propiedades: el mineral puede ser más difícil de rayar, o romperse en láminas, o brillar de una determinada manera. Además, estas propiedades pueden variar según la dirección en la que se midan. Piensa que no es lo mismo golpear un cubo en una de sus caras que en una arista o en uno de sus vértices.
En un vidrio, sin embargo, los átomos no tienen ningún tipo de patrón geométrico, sino que están colocados de forma caótica. Los vidrios, según los geólogos, son materia amorfa. Carecerán, por lo tanto, de ciertas propiedades que solo se dan en los cristales. Por otro lado, como sus átomos están totalmente desordenados, las propiedades que tengan serán iguales sea cual sea la dirección en la que se midan.
Y esto es un vidrio, sin mucho orden, todo hay que decirlo |
Así que ya sabes, si alguna vez estás conversando con un geólogo, no se te ocurra decir que estuviste limpiando el otro día los cristales de tu casa ¡porque en lugar de las ventanas se pensará que tienes una colección de minerales a la que te dedicas a quitarle el polvo!
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