Los pulpos son animales sorprendentes, como ya os contamos en otro libro que os recomendamos. En un phylum animal (los moluscos) donde la mayoría de los integrantes - con perdón - no destacan por su inteligencia, ellos son capaces de resolver problemas más o menos complejos, tienen una marcada curiosidad y un complicado lenguaje que se manifiesta en patrones cambiantes de colores. Además, han demostrado tener buena memoria y, en aquellos ejemplares que están en cautividad, hasta manifiestan preferencias entre algunos humanos y otros: a los que les caen bien les tienden los tentáculos como si quisieran palparlos, mientras que los que le resultan antipáticos los saludan con un chorro de agua dirigido a la cara.
Y es que, como nos cuenta Peter Godfrey-Smith, los pulpos puede que fueran un segundo intento, independiente del nuestro, por parte de la evolución por conseguir un cerebro evolucionado e incluso el fenómeno de la consciencia. El libro aborda la cuestión desde un punto de vista doble: biológico y filosófico. Y es que el autor, además de filósofo, es también un buen buceador, así que sabe de lo que habla.
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