Teníamos pensado haber publicado estas entradas antes de que acabara el año 2012, pero una noticia inesperada hizo que no pudiera ser. Así que ya de lleno en el 2013, con los ecos aún latentes de lo que fue el pasado año en lo que a temas medioambientales se refiere, en un auténtico e improvisado ejercicio de reflexión, analizamos esos doce meses de actividad en el marco del medio natural.
Toda reflexión siempre invita a ver cuáles son los problemas que amenazan nuestro entorno, pero a la par ver si existen soluciones factibles para resolverlos. De igual manera, no solamente hay que buscar su resolución a posteriori, sino que lo idóneo es anticiparse a aquello que puede llegar a ser conflictivo en un futuro y, como si de una barrera de contención se tratase, evitar que todo aquello que conlleve algún riesgo se vaya extendiendo hasta que al final resulte ser en verdad un problema de gran envergadura. Nosotros vamos a aportar ideas y posibles soluciones desde el análisis de algunos de los acontecimientos de este año, de esta forma intentaremos mostrar una visión particular.
Echar la vista atrás no siempre es fácil, es más difícil todavía cuando hay que recurrir a la memoria como única fuente de información. Así que, como no nos podemos fiar al cien por cien de lo que seamos capaces de recordar sin que nos dejemos algo importante por el camino, lo primero que vamos a hacer es documentarnos bien para ofrecer suficientes argumentos fidedignos para fundamentar mejor estas sucesivas editoriales que iremos publicando.
Y con lo relativamente fácil que es acceder a la información hoy en día a través de recursos como internet, se nos antoja que los artículos sobre medioambiente no ocupan tantas portadas como otros... en la era de la tecnología brillan por su ausencia en los medios de comunicación, llamémoslos "de la gran masa", los naturalistas que son capaces de transmitir auténticos valores de preocupación por nuestro entorno o los periodistas que dan una noticia de forma veraz y rigurosa sobre algún hecho de alcance que afecte a la Naturaleza.
Así que, la primera de las reflexiones para poner el pie ya en el 2013, es que si se pretende acabar con la reiterada y desgastada palabra CRISIS, lo primero que hay que hacer es erradicarla del lenguaje común y diario y sustituirla por ideas, por aportaciones útiles, por dejar de mirarnos el ombligo y en su lugar poner bálsamos sobre la herida... para que las cosas cicatricen no hay que añadir sal a las llagas, sino meter sutura. Y para remendarlo lo mejor es dar otras noticias, en el pesimismo radical se fraguan los miedos y el miedo es poderoso. Y en esas noticias que no se dan, todos los días acontecen verdaderos milagros en la Naturaleza. Dicho así parece que se trata de algo utópico, pero no hay que irse muy lejos para buscar muchos de esos milagros, tanto a pequeña como a gran escala. Uno de ellos, ahora que ya hemos comprobado que las noticias apocalípticas no han llegado a término, es cómo siendo el hombre un animal que raya grandes dosis de insensatez, nos hayamos perpetuado en tantas generaciones sin habernos extinguido... con o sin crisis aquí seguimos.
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