La arquitectura negra es uno de los atractivos principales de algunos pueblos de la provincia de Guadalajara. Sus casas hechas de pizarra ponen un toque muy característico al paisaje de estas sierras. Pero no solo eso nos podemos encontrar en este entorno: ciudades encantadas de piedra caliza semejantes a la conocida de Cuenca, sabinares plagados de vida o cascadas sorprendentes como las que os mostramos en esta entrada salen a nuestro paso.
Pusimos rumbo hacia este mágico lugar y en dos horas de camino llegamos a Roblelacasa. Ya en el mismo pueblo vimos un cartel que marcaba la senda hasta la cascada del Aljibe. Tres kilómetros de sendero con marcas de PR (amarillas y blancas) nos llevaron hasta la vista del arroyo del Soto. Siguiéndolo aguas abajo alcanzamos por fin nuestro destino. La espectacular panorámica nos deja sin palabras, no en vano la cascada fluye pletórica pese a las pocas lluvias de este pasado otoño y este invierno.
Se trata de una ruta sin mucha dificultad y bien señalizada. Comenzando en el pueblo la calle de La Fuente nos servirá de referencia para encontrar el primer cartel indicador. La primera parte discurre por un camino acotado en ambos lados por una valla de pizarra. Después tendremos que atravesar por una verja de paso de ganado (dejándola cerrada, igual que nos la hemos encontrado) y llegamos a un camino un poco más ancho hasta alcanzar una barra que impide el paso a vehículos. Aquí tendremos que estar bien atentos porque poco después aparecerá a nuestra izquierda y marcado por hitos un estrecho camino entre los jarales que será el que nos conduzca hasta la cascada.
Entre las especies observadas cabe destacar: buitres leonados, cernícalos, ratoneros, mitos, tarabillas, alcaudones, pitos reales, palomas torcaces, urracas, gorriones, orejas de Judas (un hongo de color anaranjado que veis en la foto), pedos de lobo, orugas, mariposas, abejas, almendros en flor y una ooteca (estuche que alberga huevos de algún insecto) sobre un cartel.
Algunas recomendaciones son que aunque tan solo sean tres kilómetros de distancia pueden resultar un poco duros en la época de más calor ya que no hay fuentes ni sombra. No os olvidéis de llevar la cámara de fotos bien dispuesta. Y si queréis para rematar la ruta, podéis comer en algunos de los restaurantes del pueblo; hay menúes muy baratitos y apetitosos.
Os dejamos con algunas fotos del día. Esperamos que os gusten. Para verlas en grande solo hay que pulsar sobre ellas:
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