Del brezo existen muchas especies, normalmente del género Erica, aunque también tenemos la brecina (Calluna vulgaris). Todos son arbustos pequeños, de unos sesenta centímetros de altura, hojas diminutas y flores colocadas en espiga, de colores que pueden ir desde el blanco hasta el violeta o el rosa. Es originario de Europa, norte de África y América.
Crecen en zonas templadas del hemisferio norte, en baldíos, llanuras, marjales y bosques abiertos. Prefiere los suelos calizos. Aguanta mal las heladas. Florece desde finales de septiembre hasta abril.
La brecina es un buen antiséptico urinario y diurético, aumentando ligeramente la producción de orina. Sirve para tratar cistitis, cálculos renales y biliares. Es depurativa y desintoxicante, útil para el reumatismo, la artritis y la gota, eczemas e incluso los sabañones. La flor da una miel de sabor delicado.
Curiosidades
En la antigua Roma las puntas de la flora se usaban para tratar mordeduras de serpiente.
Con su rizoma se fabricaban flautas, y el follaje se usaba para rellenar colchones. En la antigua Grecia también se usaba para fabricar escobas.
Su madera proporciona mucho poder calorífico.
Es una de las pocas plantas que pueden verse floridas entre otoño e invierno.
Los celtas consideraban a los brezos como plantas que atraían la lluvia y la buena suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario