La mayoría de nosotros vamos por la vida pensando que las plantas "no hacen nada". Al fin y al cabo, nacen y crecen pero se limitan a permanecer en un mismo sitio toda su vida, e incluso sus movimientos, salvo algunas excepciones, son tan lentos que resultan imperceptibles al ojo humano. No nos cuesta aceptar que son seres vivos, pero las vemos más bien como elementos pasivos del paisaje.
Es muy posible que después de leer este librito de Stefano Mancuso y Alessandra Viola cambiéis radicalmente de idea. Las plantas puede que no tengan vista y oído, pero poseen hasta quince sentidos más con los que perciben su entorno (frente a los cinco nuestros, seis si contamos el sentido del equilibrio). Además se comunican entre ellas mediante sustancias químicas, se defienden e incluso "manipulan" a ciertos animales para su provecho y poseen una especie de memoria.
¿Pasivas? Muy lejos de ello. Con su propia forma y a su ritmo, las plantas no paran ni un minuto. Os garantizamos que después de esta lectura, no miraréis el mundo vegetal con los mismos ojos.
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