Ahora que ha empezado el curso, imagina que entras con ganas y sacas unas notazas en la primera evaluación. Llegas a casa todo orgulloso de tus resultados, recibes la enhorabuena de tus padres, y al final ellos te dicen: "Pero no te duermas en los laureles ¿Eh?".
¿Qué han querido decirte? ¿Qué tienen que ver las plantas con todo esto? El caso es que en la antigua Roma, las coronas de laureles se utilizaban como un premio simbólico para los que conseguían algún triunfo singular, militar o deportivo, ya que el laurel era la planta consagrada al dios Apolo. Pero claro, siempre estaban los que, una vez cosechado el premio, se relajaban y vivían de la fama conseguida. Así se decía de ellos que se dormían encima de los laureles, con lo cual la maltrecha corona vegetal quedaría como testimonio de un mérito pasado por el que no se sigue luchando.
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