A medida que el invierno se aproxima, la vida se hace más dura para muchas especies de aves, sobre todo cuando se enfrentan a otoños atípicos como el que estamos pasando. La escasez de lluvias y las temperaturas anómalas repercuten en la flora y en los insectos, alterando también la disponibilidad de alimentos para muchas aves. Ahí es donde podemos echar una mano.
Hay muchos tipos de comederos que podemos hacer con relativa facilidad. Hace tiempo os enseñamos cómo preparar uno a base de sebo y alpiste. Pero también podemos hacerlos con cacahuetes, pipas, mijo o trozos de fruta. En el dibujo podéis ver un modelo en el que se sujetan frutos secos al interior de una maceta invertida, pero también podemos valernos de casi cualquier recipiente que tengamos por casa.
Otra alternativas es pinchar cacahuetes en un alambre que luego podemos colgar de las ramas de un árbol, o rellenar con comida una redecilla de naranjas, que después ataremos bien, de nuevo para colgar en un sitio accesible y donde los pajaritos puedan comer tranquilos ¡No lo vamos a colocar junto a una carretera!
Las casetas de madera que pueden funcionar como nido o comedero son más complicadas de hacer, y están reservadas a los más manitas. En este enlace explican bien cómo hacer un modelo que luego podremos decorar a nuestro gusto.
Eso sí, si decidís colocar alguno en algún parque o en el monte, es imprescindible que no tenga partes que puedan convertirse después en basura (como plásticos o metales). Lo ideal es que, si tenéis jardín, podáis situar en él uno o dos comederos, para disfrutar de la visión de estos plumíferos amiguetes reponiendo fuerzas en el "restaurante" que les hayáis preparado.
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