¿Por qué estos árboles se llaman así?
A veces hay auténticas curiosidades escondidas tras el nombre de algunos árboles. Bucear un poco en sus etimologías puede resultar un pasatiempo interesante ¿Te apuntas?
Empecemos con uno de los árboles más abundantes de nuestras latitudes, la encina. Este nombre no viene directamente de nuestro querido y familiar latín (porque en esta lengua se la llamaba Quercus) sino de "Ilicina", un vulgarismo de otra palabra latina, Ilex, que se usaba para otro tipo de árboles (los acebos). Así que las encinas se llaman así por una confusión con otra especie que también forma hojas espinosas ¡Qué cosas!
También fruto de una confusión lingüística viene el alcornoque. El comienzo de su nombre sugiere un origen árabe, y efectivamente es así; lo que pasa es que los árabes cogieron la segunda parte de "querneus", otro vulgarismo latino de la palabra quercus. Así que el nombre del alcornoque es una mezcla de árabe y latín mal hablado. Las vueltas que da la vida.
De la misma familia es el roble, este sí bien latino, porque su nombre viene de "robur", palabra relacionada con "robusto", por su proverbial resistencia y fortaleza.
Por último, y siguiendo en el mismo grupo de árboles del género Quercus, presentaremos a la coscoja, un pariente cercano del roble. Aparece citado por Plinio con el nombre de "cuscullium", una palabra que podría venir de "curculio", que significa "gorgojo", porque estos insectos parasitan la coscoja provocando la formación de unas agallas características.
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