Inmersos ya en la primavera, a nuestro erudito amigo Teodoro le ha dado por preguntarse de dónde vienen los nombres de las cuatro estaciones, así que ha estado curioseando entre diccionarios etimológicos para encontrar la respuesta, y ahora os la contamos a vosotros.
"Primavera" viene directamente del latín, donde prima hace referencia a "primero", como es fácil imaginar, y ver,veris hacía referencia (a través de una palabra de origen indoeuropeo) al acto de crecer y reverdecer. La misma raíz la podemos encontrar en palabras como "verde" y "vergel".
"Verano" también tiene la misma raíz ver, y es que en la Roma clásica nuestro verano se dividía en dos: el vernum, um - más ligado a la primavera y la fructificación - y el aestas, atis - la época de mayor calor. La primera acepción ha terminado nombrando a toda la estación, y la segunda se ha reservado para palabras como "estío" o "estival".
"Otoño" deriva del latín autumnus, y este a su vez de la forma más antigua auctus annus o "auge del año". Es la época en la que todas las cosechas dan su fruto. Visto de otro modo, para los romanos la primavera y el verano no eran más que preparaciones para la tercera estación del año.
Finalmente, "invierno", también viene del latín, en este caso de la palabra hibernus (sí, se escribía con "h", como nuestra "hibernación"). Esta palabra estaba a su vez relacionada con hiems, que hace referencia al frío y la tempestad.
Así que ya veis: los nombres de nuestras estaciones están claramente relacionados con la agricultura y los ciclos de siembra, crecimiento y cosecha. Y es que ¿a quién le iba a importar más el tema que aquellos que cultivan la tierra para nuestro sustento?
No hay comentarios:
Publicar un comentario