LA VISITA AL ABUELO
Una experiencia única con el encanto de un bosque de hadas
Hoy dirigimos nuestros pasos errantes hacia un lugar lleno de misterio y con el propósito de encontrarnos con un entrañable abuelo, un castaño centenario, testigo fiel de gran parte de nuestra historia.
Para ir hasta el monte del castañar debemos llegar al pueblo de El Tiemblo y, justo en su entrada, pasada la gasolinera de la calle principal hay que girar hacia la izquierda por la primera calle que encontramos. Por ahí ya aparecen señales que nos empiezan a indicar hacia el castañar por una zona de urbanizaciones. Esta calle tiene algunas desviaciones secundarias a izquierda y a derecha, hay que continuar siempre por la principal y ascendente. A unos 300 metros, en verano y fines de semana se instala un control de paso. Desde octubre hasta el puente de diciembre el acceso está restringido para evitar masificaciones. Pasado el control la calle se convierte en pista asfaltada, aunque con muchos baches, y avanza de forma paralela a la garganta de la Yedra por un pinar joven de repoblación.
Donde vamos a detenernos es en el área recreativa de El Regajo. Poco a poco el bosque de pinos va dejando paso a castaños y robles. Llegamos a nuestro destino y allí dejamos nuestro coche.
El lugar está muy bien acondicionado para ir con nuestros turismos e incluso autobuses. Hay una zona habilitada para minusválidos.
La senda comienza en la misma área recreativa, que dispone de mesas, barbacoas y paneles informativos. Nos paramos un momento para pertrecharnos con los prismáticos, cámaras y trípode y somos sorprendidos por unos cuantos trepadores azules (Sitta europaea) que vienen a darnos la bienvenida.
Comenzando la ruta |
Nos llevamos una sorpresa al encontrarnos con un poco de nieve. Solamente eran unos pequeños neveros, pero nuestro erizo mochilero, que siempre viene con nosotros, aprovechó para jugar con ella.
El sitio estaba precioso. Mañana soleada, sin nadie por la zona y con un sinfín de pájaros cantando.
Empezamos con la senda dejando atrás el aparcamiento. Es una ruta perfectamente indicada y apta para todo tipo de personas, incluso se pueden llevar carritos de bebé.
Área recreativa |
Caminando entre hojas |
El deleite de los sentidos continúa... los colores son impresionantemente bellos... en otoño alberga un encanto especial, aunque igualmente en cualquier época del año es de lo más bonito y espectacular.
Verde, verde |
Muy bien señalizada, como os decíamos, la ruta no es muy larga. Estos son algunos ejemplos de los carteles que hay en la zona.
Siempre que vamos al campo es aconsejable llevar agua en la mochila, puesto que muchas veces no hay fuentes disponibles para poder beber por el camino. Hay que hidratarse bien, sobre todo en verano, ahora en invierno no solemos tener mucha sed por el frío.
Hacemos aquí un alto en el viaje, el abuelo está esperándonos y muy pronto nos reuniremos con él... mientras tanto nos sentamos en el tocón de un árbol siendo cómplices del lugar. Algún que otro duende quizás aparezca y nos dé una sorpresa...
LA HISTORIA CONTINÚA...
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